La Plaza Vieja de La Habana alberga actualmente una de las obras más interactivas y simbólicas de la XV Bienal de La Habana. Se trata de "Nube de madera - La arquitectura de los deseos", del escultor alemán Martin Steinert.
Esta estructura compuesta de listones de madera entrelazados captura miradas por su complejidad arquitectónica y se ha convertido en un lienzo para las aspiraciones, inquietudes y esperanzas de los cubanos que la visitan.
En los listones se leen mensajes que reflejan una amplia gama de emociones y pensamientos. Sin embargo, uno de los deseos más repetidos es "Libertad", una palabra que resuena con fuerza en el contexto de una Cuba enfrentada a desafíos económicos, sociales y políticos.
Otras inscripciones incluyen frases como "Que Cuba vuelva a reír", "Luz para Cuba", "Comer", "Una Cuba Libre", "Deseo ser millonario", "Un viaje", "Amor y paz". Estos mensajes revelan un mosaico de preocupaciones cotidianas y sueños colectivos.
La obra estará en exhibición hasta el 28 de febrero de 2025. Invita a contemplar su complejidad estructural y a participar en su significado, ofreciendo a los espectadores un espacio para expresarse.
Según Steinert, "Nube de madera" busca materializar los deseos en un espacio físico, convirtiéndose en un puente entre el arte y la vida cotidiana.
La Bienal de La Habana, bajo el lema "Horizontes compartidos", intenta posicionarse como un evento de trascendencia cultural.
Sin embargo, en medio de esta celebración artística, no se pueden ignorar las tensiones que atraviesa la realidad cubana. Las expresiones de quienes interactúan con la obra de Steinert son una muestra de cómo el arte puede ser un reflejo y, a la vez, una válvula de escape para la sociedad.
La Bienal pretende proyectar una imagen de dinamismo y apertura cultural, pero las voces inscritas en la "Nube de madera" cuestionan la narrativa oficial.
En un país donde las expresiones públicas a menudo son restringidas, esta obra se convierte en un espacio singular donde los pensamientos individuales emergen con una honestidad que pocas veces encuentra eco en otros foros.
La obra de Steinert nos recuerda que el verdadero poder del arte reside en su capacidad para conectar con las personas y darles una plataforma para ser escuchadas, en sus propios términos.
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