La crítica situación de Leoncio Rodríguez Ponce, preso político cubano encarcelado desde hace 36 años, ha despertado la alarma de organizaciones defensoras de derechos humanos como Cubalex, que denunció la falta de atención médica y el deterioro extremo de su salud.
Recluido en la prisión provincial de Holguín, Rodríguez Ponce enfrenta múltiples enfermedades que amenazan su vida, mientras las autoridades penitenciarias continúan negándole las condiciones mínimas de cuidado.
Un caso emblemático de resistencia y desatención
Rodríguez Ponce, de 60 años y oriundo de la provincia de Guantánamo, sufre de úlceras, hipertensión, desnutrición severa, problemas renales, reumatismo y hemorroides.
Según información proporcionada a Cubalex, a pesar de la autorización de la Dirección de Prisiones para trasladarlo a Guantánamo, las autoridades penitenciarias de esa provincia se han negado a recibirlo, lo que lo mantiene alejado de su familia y sin acceso a una red de apoyo esencial.
El preso político, encarcelado desde el 28 de junio de 1988, ha sido víctima de represalias constantes debido a su oposición al régimen cubano.
Las autoridades lo acusan de delitos como “desacato”, “desorden penitenciario” y un supuesto “atentado a la figura de Fidel Castro” por un incidente en la prisión de Boniato, donde escupió en una celda que había sido ocupada por el dictador.
Un traslado constante como castigo
Durante su larga reclusión, Rodríguez Ponce ha sido trasladado entre varias prisiones del país, incluyendo Boniato en Santiago de Cuba, Kilo 8 en Camagüey, Villa Clara, el Combinado del Este en La Habana, Pinar del Río y Guantánamo.
Desde hace tres años, permanece en la prisión de Holguín tras ser rechazado nuevamente en Guantánamo. Estas constantes transferencias no solo han agravado su aislamiento, sino que también han dificultado el acceso a un tratamiento médico adecuado y un entorno familiar.
Uno de los incidentes más notorios de su vida en prisión ocurrió en Boniato, donde, tras una golpiza, se tatuó la palabra "cambio" en la frente como protesta.
La Seguridad del Estado lo ha presionado repetidamente para eliminar el tatuaje, ofreciéndole libertad condicional a cambio. Rodríguez Ponce ha rechazado estas ofertas, y en represalia, las autoridades le han negado beneficios penitenciarios.
Una problemática de alcance nacional
El caso de Rodríguez Ponce no es un hecho aislado. La situación de los presos políticos en Cuba es preocupante, con múltiples denuncias de desatención médica y tratos crueles.
Por ejemplo, el activista Pedro Albert Sánchez ha protagonizado huelgas de hambre en prisión, agravando su ya delicada salud, y José Daniel Ferrer, líder de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU), sufrió una golpiza en prisión recientemente, lo que le dejó heridas visibles en el rostro.
Estas situaciones reflejan el patrón de represión y negligencia sistemática hacia los presos políticos en la isla.
Cubalex y otras organizaciones internacionales han exigido que el régimen cubano garantice la atención médica adecuada, respete los derechos fundamentales de los presos políticos y adopte medidas urgentes para proteger su integridad física y emocional.
Estas demandas adquieren mayor relevancia en un contexto donde el deterioro de la salud se utiliza como mecanismo de presión política, exponiendo la vulnerabilidad extrema de quienes alzan su voz contra el sistema.
Un llamado a la acción
El caso de Leoncio Rodríguez Ponce exige atención urgente. Su resistencia en condiciones inhumanas lo ha convertido en un símbolo de lucha, pero también pone de relieve la brutalidad de un sistema penitenciario que utiliza el castigo y la desatención como herramientas de control.
Organizaciones como Cubalex hacen un llamado a la comunidad internacional para que amplifique la visibilidad de este caso y otros similares, instando a una respuesta inmediata que garantice la vida y los derechos de los presos políticos cubanos.
La situación de Rodríguez Ponce es una de las muchas que evidencian las violaciones a los derechos humanos en Cuba, donde la oposición al régimen es castigada con severidad y donde las condiciones de las cárceles representan una amenaza constante para la vida de los detenidos. Compartir estas historias y exigir justicia es un paso necesario para frenar estas prácticas y garantizar el respeto a la dignidad humana.
El mensaje que Leoncio Rodríguez Ponce envió a la Unión Europea
Desde la prisión de máximo rigor Kilo Ocho, en Camagüey, Rodríguez Ponce lanzó en enero de 2019 una contundente carta abierta dirigida a Federica Mogherini, entonces alta representante de la Unión Europea (UE) para la Política Exterior, y a Hugo Sobral, entonces director general para América del Servicio Europeo de Acción Exterior.
En su misiva, el veterano preso político planteó nueve preguntas que cuestionaron la coherencia de la política europea frente a las violaciones de derechos humanos en Cuba.
Rodríguez Ponce grabó desde prisión un mensaje difundido por Jorge Luis García Pérez Antúnez, líder del Frente de Resistencia Cívica "Orlando Zapata Tamayo". En su intervención, cuestionó por qué la Unión Europea mantenía un trato complaciente hacia el régimen cubano, mientras ejercía presión sobre dictaduras como la de Venezuela.
Además, preguntó si los derechos humanos del pueblo cubano eran menos importantes que los intereses económicos y comerciales europeos.
El preso también denunció la falta de presión real para liberar a los presos políticos y señaló la hipocresía de criticar el embargo estadounidense sin cuestionar al régimen cubano por bloquear los derechos fundamentales de su pueblo. "¿No les parece que ustedes también son culpables de este juego macabro y sangriento?", sentenció.
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