Al menos 11 mujeres mueren diariamente en América Latina y el Caribe a consecuencia del feminicidio, según el último informe de la CEPAL, que incluye por primera vez el caso de Cuba.
El documento, elaborado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), señala que en la región 3.897 mujeres fueron víctimas de feminicidio en 2023.
En esa cifra se incluyeron por primera vez las muertes por violencia machista en Cuba, aunque el informe es impreciso.
La CEPAL registró apenas 60 feminicidios en la isla, cuando los observatorios de género independientes Alas Tensas y Yo Sí Te Creo en Cuba contabilizaron 89 feminicidios, y el propio régimen más de 120 en el mismo período.
El organismo, con sede en Chile, expresa que la cifra de la isla representa 1,1 muertes violentas de mujeres por cada 100,000 habitantes, pero con base en las citadas plataformas independientes la tasa real de feminicidios en Cuba ascendería a 1,7, situándola como la tercera más alta de la región.
Esa cifra es superada únicamente por Honduras (7,2) y República Dominicana (2,4).
Con base en las cifras de CEPAL Honduras, República Dominicana y Brasil lideran en tasas de feminicidios en América Latina, mientras que Haití (0,2) y Chile (0,4) presentan los índices más bajos.
La mayoría de estos crímenes ocurren en relaciones de pareja actuales o finalizadas, afectando principalmente a mujeres de entre 30 y 59 años (56,4%).
En los países que reportaron víctimas indirectas –hijos e hijas de mujeres asesinadas–, se registraron 488 personas afectadas.
En cuanto a las leyes contra la violencia de género, aunque todos los países de la región cuentan con normativas específicas, la CEPAL subrayó que estas son insuficientes para abordar la magnitud de la violencia contra mujeres y niñas.
Un análisis reciente del proyecto Cubadata reflejó un aumento preocupante en diversas formas de violencia en Cuba, destacándose la violencia de género. Según el informe, el 9,3% de los encuestados afirmó que alguien en su hogar había sido víctima de violación sexual en 2023, un incremento del 4,3% respecto al año anterior.
La violencia doméstica y el acoso sexual fueron identificados como métodos de control empleados tanto en el ámbito doméstico como en el político, especialmente contra mujeres disidentes.
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