El régimen cubano anunció la llegada de piezas de repuesto para los generadores comprados en vida del dictador Fidel Castro para llevar adelante lo que el vanidoso comandante denominó como “revolución energética”.
El ministro de Energía y Minas (MINEM), Vicente de la O Levy, se encargó de dar la “esperanzadora” noticia a las víctimas de su deficientísima gestión, sin detallar de dónde provenía el cargamento ni explicar cómo era posible que arribara a Cuba unas piezas y equipos que supuestamente el régimen no puede adquirir por culpa del “bloqueo”.
“Comenzó el arribo de piezas de repuesto para la recuperación de la disponibilidad de grupos de generación distribuida, como parte del programa para restablecer capacidades de generación del Sistema Eléctrico”, indicó este martes el titular del MINEM en sus redes sociales.
Su tuit sugiere que el gobierno de Miguel Díaz-Canel lleva adelante otra de sus “estrategias” para restablecer el sistema electroenergético nacional (SEN), consistente en este caso en la rehabilitación de los equipos defectuosos de los más de 1,400 generadores de fuel y diésel instalados entre los años 2005 y 2009.
No es la primera vez que el régimen cubano vende la idea de recuperar los equipos con los que Castro pretendió hacer frente a la crisis energética que supuso el corte de suministro de hidrocarburos de Rusia.
La aparición en escena de Hugo Chávez dio pie a la “revolución energética” dictador, que encontró razonable dejar arruinarse las termoeléctricas (en su mayoría de tecnología soviética) y orientar las inversiones del sector energético a la compra de generadores que funcionarían con petróleo subvencionado por Venezuela.
En noviembre de 2022, el director de Generación Distribuida de la Unión Eléctrica de Cuba (UNE), Arles Luna Leiva, explicó a Cubadebate que los 944 grupos diésel desplegados a todo lo largo y ancho del país en 154 centrales, y los 507 grupos fuel (distribuidos en 35 centrales) aportarían al SEN (de estar en pleno funcionamiento) unos 2,606 MW.
Datos correspondientes a ese año, indicaban que en la Generación Distribuida existían 366 grupos (680 MW) fuera de servicio por falta de piezas de repuesto y otros 150 grupos (282 MW) detenidos en espera de mantenimiento, para un total de 962 MW deficitarios en el SEN.
En la actualidad se desconoce la cifra exacta de generadores que se encuentran averiados o la espera de piezas de repuesto para su mantenimiento. La UNE informa este martes que, de las 189 centrales (agrupaciones de generadores) de generación distribuida que había en el país, “48 se encuentran fuera de servicio por combustible” para un déficit de 229 MW.
La empresa estatal que dirige Alfredo López Valdés no informa el número exacto de generadores que se encuentran fuera de servicio por averías y mantenimientos, lo cual no impidió al titular del MINEM celebrar la llegada de piezas de repuesto sin respaldar con números su entusiasmo.
“Se tiene previsto una cadena de acciones que permita incrementar la potencia disponible en la Generación Distribuida, en 207 MW al cierre de diciembre del 2022. Se han trazado, además, una serie de acciones que permitirá continuar la recuperación de los grupos de la Generación Distribuida”, explicaba entonces Luna Leiva, indicando que en el 2023 se debía incrementar en 1,000 MW la potencia disponible de la Generación Distribuida en relación al año anterior.
La estrategia y sus previsiones fracasaron o constituyeron simplemente una mentira más del régimen cubano, que ahora pretende a través del ministro De la O Levy, seguir con el “cuento de la buena pipa” de la generación distribuida.
Con la noticia de la llegada de piezas de repuesto, difundida en sus redes sociales, son muchos los cubanos que le preguntan al ministro por qué no se hizo antes, como habían prometido y planificado, y por qué deberían creer ahora en sus palabras.
De los poco más 6,000 megawatts de capacidad instalada para la generación energética, el país debería recuperar todo su parque de generación distribuida para alcanzar el 21.7% de generación con respaldo de motores a fueloil, y el 21.9 % con motores a diésel.
Más allá de la inversión que ello requiere y que el régimen se cuida bien de no revelar, son muchos los expertos que critican la estrategia por el alto coste financiero y medioambiental que implica.
Consciente de ello, el régimen se esfuerza por publicitar su nueva estrategia de transición a las fuentes de energía renovables, prometiendo desde un minuto de energía limpia para el próximo año, hasta la instalación de 2,000 MW de energía solar para 2026.
Sin embargo, he aquí que Vicente de la O Levy anunció que, saltándose el “bloqueo”, llegaron a Cuba piezas de repuesto para los grupos electrógenos, dejando en evidencia la urgencia del régimen y su preferencia inversionista por soluciones a corto plazo, en vez de acometer las reformas e inversiones necesarias para recuperar el SEN, modificar la matriz energética del país y devolver la estabilidad a los clientes de la UNE, que desde la “revolución energética” del dictador Castro no ganan para disgustos.
¿De dónde vienen las piezas de repuesto para los generadores?
La imagen compartida en el tuit de De la O Levy permite apreciar unas grandes cajas con el rótulo de Diesel Expert dibujado en ellas.
Una rápida búsqueda en internet permite identificar que Diesel Expert es una filial del Groupe Chalifour, una empresa familiar con más de 50 años de trayectoria en la industria energética, con sede principal en Quebec, Canadá, y presencia en París.
Diesel Expert se especializa en ofrecer soluciones de alta calidad para operadores de centrales térmicas y motores de propulsión. Sus servicios incluyen el suministro de piezas de recambio certificadas para centrifugadoras de marcas como Alfa Laval, Mitsubishi y Westfalia, así como componentes OEM para motores diésel de mediana y gran capacidad.
Además, realizan la renovación de culatas, cuerpos de válvulas, coronas de pistones y camisas de cilindro. Su misión es proporcionar servicios y productos de calidad que respalden las operaciones de sus clientes, posicionándose como un socio confiable en el mantenimiento de motores y equipos auxiliares.
Y he aquí que vuelve la recurrente pregunta que se hacen en estos casos los cubanos: "¿Y el bloqueo?"
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