Los padres de Leudis Arce Romero, condenado a cadena perpetua en 2003 en Cuba, han alzado sus voces para exigir justicia y la liberación de su hijo, quien lleva casi 22 años en prisión.
La sentencia a Leudis le fue impuesta junto a otros cuatro jóvenes, José Ángel Díaz Ortiz, Francisco Reyes Rodríguez, Lázaro Ávila Sierra y Jorge Luis Pérez Puentes. Las autoridades cubanas los acusaron de planear el secuestro de un avión para emigrar a Estados Unidos, pero el delito nunca lo llegaron a cometer.
Supuestamente los jóvenes atacaron a un recluta en el poblado de La Fe, Isla de la Juventud, para arrebatarle su fusil automático AK-M, pero no llegaron al aeropuerto de Nueva Gerona. El Tribunal Provincial de La Habana los condenó por los delitos de terrorismo y robo con violencia, imponiendo la pena máxima.
Bartolo Arce, padre de Leudis, expresó en una entrevista con ADN el dolor que siente al considerar que la condena es desproporcionada y arbitraria.
“Mi hijo está condenado a cadena perpetua por un delito que nunca se llegó a realizar. No me ciega la pasión de padre. Lo que me indigna es que no se han respetado sus derechos humanos”, declaró con angustia.
Por su parte, Magnolia Romero, madre del joven, denunció las condiciones inhumanas en las que ha vivido su hijo durante estas dos décadas.
“Lleva casi 22 años en una cárcel, sin sol, sin nada. Quiero denunciar esto al mundo. Como padres, llevamos 21 años de cadena perpetua. Es un dolor muy grande”, explicó.
Magnolia también hizo un llamado al actual líder cubano, Miguel Díaz-Canel: “¿Hasta cuándo van a seguir con este abuso de poder? Díaz-Canel tiene que pensar en estos muchachos porque esta sanción no está bien”.
La madre recordó que el juicio contra los jóvenes fue utilizado como un caso ejemplarizante en tiempos de Fidel Castro, imponiéndoles la máxima pena como advertencia a otros.
“Debían recibir una sanción de 15 años de privación de libertad. Ellos no son asesinos, no son terroristas, no son nada, porque no llegaron ni a ver la nave”, expresó la mujer.
En abril de 2021, familiares de estos presos denunciaron las duras condiciones de su encarcelamiento y el deterioro físico y psicológico que sufrían tras casi dos décadas en prisión.
Resaltaron la falta de información oficial sobre su estado de salud, generando preocupación entre sus allegados. Las madres de los jóvenes destacaron el trato desproporcionado en comparación con casos históricos como el asalto al Cuartel Moncada, cuyos responsables fueron amnistiados en un plazo mucho menor.
En mayo de 2023, las madres de estos presos políticos dirigieron cartas al Cardenal de La Habana y al presidente de la Conferencia de Obispos, solicitando la intervención de la Iglesia Católica para conseguir una amnistía.
Las misivas describían el sufrimiento prolongado de los presos y sus familias, argumentando que tras 20 años de encarcelamiento, los condenados ya habían pagado por sus acciones, y pedían que se considerara su liberación como un gesto humanitario y de reconciliación.
El caso de estos jóvenes refleja las tensiones entre la justicia y la política en Cuba, evidenciando el uso de sentencias ejemplares para disuadir actos de desobediencia en un contexto de represión política.
Las peticiones de amnistía continúan siendo una esperanza para las familias, quienes buscan apoyo internacional y eclesiástico para que la historia de estos hombres pueda tomar un rumbo distinto tras dos décadas de prisión.
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