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Miami, la ciudad conocida por su horizonte de cristal, sus playas de ensueño y su vibrante vida de lujo, enfrenta una alarmante crisis bajo sus pies: sus emblemáticos rascacielos están comenzando a hundirse.
Lo que alguna vez fue un símbolo de modernidad y prosperidad ahora se enfrenta a un problema estructural y ambiental de magnitudes preocupantes en el condado del sur de Florida, según un estudio de la Universidad de Miami divulgado esta semana, y que ha sembrado las alarmas.
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El informe reveló que entre 2016 y 2023, al menos 35 edificios en áreas costeras como Sunny Isles Beach y Surfside han experimentado un hundimiento progresivo.
Las mediciones indican que estos edificios se están hundiendo entre 2 y 8 centímetros en este período. Aunque estos números puedan parecer pequeños, en términos de ingeniería y seguridad estructural, son señales de alarma claras.
Entre los edificios afectados se encuentran algunas de las construcciones más lujosas y exclusivas de la ciudad, como la Porsche Design Tower, hogar de celebridades internacionales como Lionel Messi, Maluma y Thalía, así como diversas Torres Trump y el Ritz-Carlton Residences.
Estas edificaciones, que representan lo último en lujo y diseño, ahora enfrentan una amenaza seria que podría comprometer su estabilidad: el propio terreno costero sobre el que se asientan.
El hundimiento de los rascacielos no es un fenómeno único, y sus causas son diversas, aunque todas están relacionadas con una combinación peligrosa de factores naturales y humanos:
Compactación del suelo: El peso de estas gigantescas estructuras está presionando las capas de arena y piedra caliza que forman el terreno costero de Miami. A medida que el suelo se comprime, los edificios experimentan un hundimiento gradual.
Erosión y mareas: La acción del agua, especialmente en una región vulnerable al aumento del nivel del mar, está debilitando las bases de las edificaciones. Las mareas y el oleaje constantes están socavando las estructuras subterráneas de los edificios.
Construcción constante: Las vibraciones generadas por la constante construcción de nuevos rascacielos y proyectos en zonas cercanas también están contribuyendo a la inestabilidad del terreno.
Este problema adquiere aún mayor relevancia cuando se recuerda la tragedia del colapso del edificio Champlain Towers South en Surfside, en 2021, que dejó 98 muertos.
Las investigaciones posteriores revelaron que el edificio había mostrado signos de hundimiento desde los años 90, lo que subrayó la fragilidad de las construcciones en zonas costeras de Miami. Aunque las causas del colapso fueron múltiples y el informe final aún no ha sido publicado, el hundimiento del terreno fue un factor determinante.
Este incidente puso de manifiesto la vulnerabilidad de los rascacielos en una ciudad que, por su crecimiento vertiginoso, ha priorizado la construcción sin siempre considerar los riesgos geológicos y climáticos asociados.
El hundimiento de estos rascacielos no solo representa una amenaza para la seguridad de sus residentes, sino también un golpe significativo para la reputación internacional de Miami como destino de lujo.
Los expertos están pidiendo un monitoreo más exhaustivo de estas estructuras y sugieren que se tomen medidas preventivas, como reforzar los cimientos o modificar las normativas de construcción en zonas costeras de la ciudad.
Ahora una pregunta ronda a los expertos: ¿es sostenible seguir construyendo rascacielos en áreas tan vulnerables? Afirman que el caso de esta ciudad es un claro ejemplo de cómo el desarrollo urbano desenfrenado puede entrar en conflicto con los retos del cambio climático y las limitaciones geológicas de un territorio costero.
A medida que las autoridades y expertos buscan soluciones, los residentes de estos rascacielos, así como los futuros compradores, se enfrentan a una incómoda realidad: el lujo y la modernidad no siempre garantizan seguridad.
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