Padura y sus crónicas sobre de la identidad cubana

El cubano Leonardo Padura, autor de la aplaudida novela El hombre que amaba a los perros, recopila en El viaje más largo una selección de crónicas ancladas en la década del 80

 ©

Vídeos relacionados:

Este artículo es de hace 10 años

El cubano Leonardo Padura, autor de la aplaudida novela El hombre que amaba a los perros, recopila en El viaje más largo una selección de crónicas ancladas en la década del 80, una época en la que el periodismo se abría a nuevos horizontes -con más investigación y escritura literaria- y rehuía a la propaganda oficial y burocrática. Era 1980 y recién egresaba de Letras en la Universidad de La Habana cuando dio sus primeros pasos en la revista El Caimán Barbudo. Por tres años, Leonardo Padura escribió en la publicación cultural de los jóvenes cubanos hasta que un día, como cuenta, lo sacaron: "Decían que tenía `problemas ideológicos´, y mi conocimiento del oficio era muy limitado", cuenta a Télam desde  Cuba.   Llegó entonces al diario vespertino Juventud Rebelde, que por aquellos años -al igual que otros espacios de creación- buscaba renovarse, cambiar de aire: "Creo que fue la etapa en la que hice verdadero periodismo como periodista de una redacción, donde publiqué los reportajes reunidos aquí, fue una etapa especialmente importante de mi desarrollo intelectual y humano".   Empezaba así, relata Padura en el prólogo del libro publicado en Argentina por Capital Intelectual y Futuro anterior, a plantearse un "periodismo literario".   "Aprendí a hacer periodismo ya dentro de un periódico, y al final eso fue una ventaja, pues no tenía los vicios o dogmas de la academia y más que periodismo puro hice una mezcla de periodismo con literatura", explica.   La publicación de "El hombre que amaba a los perros", traducida a más de una decena de idiomas; la distinción con el Premio Nacional de Literatura de Cuba en 2012 y la fama que cosechó su personaje policial, el anti detective Mario Conde, llevaron a Padura a convertirse en un escritor de aclamada lectura alrededor del mundo.   "Nunca he dejado de ser periodista", asegura el narrador, a la vez que recuerda que en 1995 decidió dedicarse profesionalmente a la literatura pero no a tiempo completo ya que desde entonces hasta la fecha colabora con la agencia IPS y otros medios internacionales, incluso de Argentina. "Lo importante fue que en el aprendizaje periodístico aprendí más a escribir literatura que otra cosa".   En "El viaje más largo. En busca de una cubanía extraviada", Padura entrelaza en relatos "los elementos que fueron conformando la cubanía, la cultura nacional, la forma de ser del cubano". Así fluyen los textos que condensan el origen del ron Bacardí, las leyendas de santos populares, de ingenios azucareros, la vida del proxeneta más célebre o personajes clave de la sociedad prerrevolucionaria.   -Télam: ¿Estas crónicas se presentan también como una suerte de homenaje a lo que fue el "experimento periodístico" de la década del 80? -Padura: El periodismo que otros colegas y yo hicimos fue como un oasis en la historia del periodismo cubano de los últimos 50 años. Fue un periodismo de investigación, muy literario, muy poco aferrado a los cánones de la propaganda que ha envenenado y marcado a la prensa cubana de estos años.   Con mucho desenfado escribimos sobre cosas de las que habitualmente no se hablaba en Cuba, tuvimos la posibilidad de movernos con mucha libertad entre géneros, temas, lenguajes, y creamos un periodismo que sigue siendo hoy un modelo de buen hacer.   -T: En el libro se despliegan historias de la cultura cubana con permanencia en el tiempo, alejadas de la marca de la Revolución. ¿Esta publicación viene a ser una recuperación de aquellos elementos identitarios? -P: Me propuse un rescate de asuntos de los cuales todos conocíamos algo, pero pocos conocíamos mucho. Temas e historias de los cuales, en medio de tanta épica revolucionaria y propaganda política, habían quedado marginados. Escribí sobre el origen de nuestra patrona nacional, la Virgen de la Caridad del Cobre; o sobre el proxeneta más famoso de la historia del país, un personaje clave para entender la esencia del "macho" cubano; o sobre los franco-haitianos que tanto nos influyeron.   Hablé sobre lo permanente y no sobre lo actual, sobre lo que siempre nos identificó y no sobre logros políticos. De ahí, quizás, la permanencia de estos textos, escritos en los años 1980, y que todavía hoy pueden ser publicados, leídos, estudiados y no solo en Cuba.   -T: Y hoy, ¿qué elementos dan vida a la identidad cubana? -P: Cuba es un país con una identidad definida a partir de sus mestizajes. Acá todo está mezclado: las gentes, las culturas, las religiones. Y de esos encuentros felices o trágicos nació lo cubano. Somos un país fértil en grandes figuras de la cultura, especialmente de la música, pues los ritmos y bailes cubanos han recorrido el mundo.   Somos un país con muchos deportistas notables, un país que, a diferencia de casi todos los otros de Latinoamérica, es esencialmente beisbolero y no futbolístico. Somos un país bendecido por la geografía, pues nuestra importancia original vino del hecho de estar en la boca del Golfo de México, entre las dos Américas. Y hoy somos un país que, por razones políticas, siempre despierta el interés de los demás.   En lo social, somos hedonistas, gozadores, y quizás lo somos tanto que hemos sido históricamente castigados a vivir en una situación de pobreza que sin llegar a la miseria, de alguna forma toca a casi toda la población del país y por ello también somos un país de exiliados, con la quinta parte de nuestra población desperdigada por el mundo y con la tendencia a que esa cantidad aumente. Fuente: Telam.com.ar


Lo más leído hoy:


COMENTAR

Archivado en:


¿Tienes algo que reportar?
Escribe a CiberCuba:

editores@cibercuba.com

+1 786 3965 689