La Sociedad Secreta Abakuá, o Ñañiguismo, es el nombre por el que se conoce popularmente en Cuba a una sociedad secreta masculina Abakuá, la única de su tipo existente en el continente americano. Ñáñigo es el nombre que reciben sus miembros. Historia: La sociedad secreta Abakuá se ha desarrollado en Cuba hacia el 1820 entre los recién Ilegados de Calabar o "Carabalí, y encontró rápidamente adeptos entre los negros, esclavos o no, los mulatos e incluso algunos blancos de extracción humilde de la Habana y Matanzas en los momentos de mayor hostilidad hacia el esclavo y el negro quienes, ante el acoso, sólo hallaron un medio apropiado para evadir la represión: una agrupación mutualista bajo la expresión más desarrollada de su conciencia social, la religiosa. La primera sociedad de blancos se fundó a principios del presente siglo y llevó el nombre de Akanarán Efó Muñón Ekobio Mucarán. Su creador fue Andrés Facundo de los Dolores Petit, célebre también por sus aportes a la Regla de Palo con la elaboración del cuerpo conceptual y ritual de la variante Kimbisa. Regla es el kilómetro cero de la expansión, a partir de 1836, de las potencias abakuás en Cuba. La primera de esas sociedades secretas diseñadas por los esclavos de origen carabalí o del Calabar - actual Nigeria- se nombró Efí Butón. Sus miembros, que juraron el secreto código de comportamiento y autodefensa, pertenecían a la tribu apapá efí y provenían de la dotación doméstica de una ricachona habanera. Sólo eran negros y no admitían mulatos, muchos menos blancos. Hacia fines de la cuarta década del siglo XIX, “se extendió el ñañiguismo por intra y extramuros de La Habana, a la que dividían las destruidas murallas, siendo mayor el número de los criollos que el de los africanos, y sus núcleos principales el barrio de Jesús María y la demarcación conocida por los Barracones”, escribe Rafael Roche, inspector de policía del gobierno habanero en el libro La policía y sus misterios en Cuba, editado en 1925. La primera sociedad abakuá de blancos quedó establecida hacia 1863 a manos del mestizo Andrés Facundo de los Dolores Petit, célebre también por sus aportes a la Regla de Palo con la elaboración del cuerpo conceptual y ritual de la variante Kimbisa. Petit admitió en su secta, de la rama efó, a “numerosos españoles y descendientes de blancos, predominantemente de la clase obrera, pero también se incorporaron algunos aristócratas, altos oficiales militares, políticos y jóvenes gentilhombres”, además de emigrantes asiáticos, como chinos y filipinos. Esta interesante y misteriosa cofradía, única en Cuba en sus recuerdos sagrados, por cierto, muy enmarañados se puede entresacar personajes que a modo de ver son los más importantes para transmitir conocimiento como: el hombre leopardo, designado e identificado con él las diferentes plazas y jerarquías de la sociedad, a Sikán, mujer que descubre el secreto y es sacrificada en aras de que este pasara a los hombres y no desapareciera. Sikán muere en vano, el secreto se apaga cada vez más; este consistía en una voz, UYO UYO ANFONO, voz sagrada producida por un pez descubierto por ella al regresar del río, el pez era la reencarnación del viejo rey llamado Obón Tanzé, Rey de Efigueremo quien en el mismo instante era la reencarnación de Abasí, DIOS SUPREMO. Muchos fueron los esfuerzos e intentos, para la transmisión de la voz sagrada pues cada vez esta se apagaba más. La última transmisión fue en el cuero de un chivo; ¡allí sí! ¡allí sí! Se oyó… “aquel sonido peculiar, espantosamente adorable…” (3), la voz que vibra en el tambor sagrado EKUE.
¿Qué opinas?
COMENTARArchivado en: