En informaciones existentes en los archivos históricos puede encontrarse que la primera Bayamesa, considerada la primera canción cubana, se escuchó en la madrugada del 27 de marzo de 1851, en el ventanal de la Señorita Luz Vázquez, quien fue después combatiente mambisa, durante una serenata que le dedicó su novio Fransisco Castillo y Moreno, Pancho, como le decían sus íntimos, para reconciliarse con Luz, con quien había tenido unos días antes un desacuerdo de enamorados. Es él, coautor musical junto a Carlos Manuel de Céspedes, convertido más tarde en el Padre de la Patria.
De la letra se encargó el poeta José Fornaris y la interpretó el tenor Carlos Pérez, acompañado de los autores, tuvieron como instrumento para el acompañamiento guitarras y un violín. Esta Bayamesa se convirtió en una de las primeras canciones románticas cubanas que perdura hasta la actualidad. Fue acogida por el pueblo rápidamente y se conoce hasta en Europa como la canción de los enamorados. Desde el punto de vista morfológico se trata de un vals en dos partes (binario), estructura fundamental que luego asume el sistema genérico de la música cubana. (Ecured)
¿No te acuerdas gentil bayamesa,
Que tu fuiste mi sol refulgente
Y risueño en tu lánguida frente
blando beso imprimí con ardor?
¿No te acuerdas que en un tiempo dichoso
Me extasié con tu pura belleza,
Y en tu seno doblé mi cabeza
Moribundo de dicha y amor?
Ven y asoma a tu reja sonriendo;
Ven y escucha amorosa mi canto;
Ven, no duermas acude a mi llanto;
Pon alivio a mi negro dolor.
Recordando las glorias pasadas
Disipemos, mi bien, las tristezas;
Y doblemos los dos la cabeza
moribundos de dicha y amor.
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