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El sábado 8 inició en San Miguel Allende la Jornada Cultural Cubana dedicada a uno de los grandes músicos e intérpretes de la isla, Benny Moré, quien falleció hace 45 años. El programa de actividades incluye conferencias, estrenos de discos, películas y documentales sobre su vida, así como una exposición literaria y de artículos de la isla y conciertos a cargo de grupos mexicanos y cubanos. El evento, que concluirá el próximo domingo 16, surgió como una forma de concretar la “hermandad” de San Miguel de Allende y La Habana. Comenzó como un encuentro privado, y cinco años después, en la edición 2006, se contó con la asistencia de 35 mil personas y, para la clausura, con una invitada de lujo: la bolerista Omara Portuondo, estrella del Buena Vista Social Club y una de las principales voces del movimiento tradicional musical cubano. El evento es impulsado por la empresa Producciones S*B, que ha logrado acercar a otras asociaciones civiles y cámaras empresariales de San Miguel de Allende ante el éxito de la jornada. Para esta edición, informó el director artístico de la Jornada, Adolfo Rubio, se invitó al flautista Orlando Valle, “Maraca”, quien se presentó en el Festival Internacional Cervantino hace dos años. Valle es desde hace dos años director del Festival Benny Moré que se realiza en el pueblo natal del artista, Santa Isabel de las Lajas, en la provincia de Cienfuegos –pueblo al que le dedicó su canción--, y donde el 24 de agosto de 1919 nació Bartolomé Maximiliano Moré, su nombre verdadero. El programa fue presentado en la capital del estado. El evento se inició este sábado con la conferencia “Benny Moré, lazo emocional entre México y Cuba”, a cargo del maestro Eduardo Rosillo Heredia, el más conocido locutor de radio de la isla y conocedor de la música tradicional cubana; el maestro Jesús Flores y el doctor Pablo Dueñas Herrera, de la Asociación Mexicana de Estudios Fonográficos y de Radio XEB/IMER. A partir de este evento se desencadenó la muestra literaria, artesanal y comercial en el jardín principal de San Miguel de Allende, y, por la noche, el grupo “Maraca”, nominado al Grammy en 2006 por su disco “Tremenda rumba”, y considerado el mejor flautista de jazz latino en el mundo, amenizó la velada. Valle será invitado especial del trío Gabriel Hernández. Además, recibirá la presea “Optimus” por su trayectoria y su impulso a la música tradicional cubana. También se presentará el documental biográfico “Hoy como ayer”, que recoge testimonios sobre la vida del intérprete en las voces de otros grandes, como Eliades Ochoa, Ibrahím Ferrer y Miguel Peterson, así como la película “El Benny”, dirigida por Jorge Luis Sánchez e inspirada en la vida de Moré. Este largometraje fue auspiciado por el Instituto Cubano de Cine; estuvo nominado al Oscar en 2006, y su protagonista, Reny Arozamena recibió el premio al mejor actor en el Festival de Lucerna ese mismo año. El padre de la salsa moderna No existe un músico que haya desarrollado las capacidades artísticas que alcanzó Benny Moré, a pesar de sus especiales circunstancias: no sabía leer ni escribir. Sin embargo, fue compositor, intérprete, bailarín, director de orquesta… Su capacidad vocal para pasar de una tonalidad a otra ha sido elogiada en todas partes, dijo a Apro el director artístico de la Jornada Cubana en San Miguel de Allende, Adolfo Rubio, quien también es cronista musical. “El conducto emocional entre México y Cuba se llama Benny Moré. Probablemente es el más comprensible de los músicos de Cuba para México. Cualquier mexicana que conozca el bolero ¿Cómo fue? lo asume como código propio”, añadió. En realidad, Moré aprovechó lo que dejaron otros artistas cubanos que llegaron a México: Miguel Matamoros, con cuya orquesta llegó Moré a México en 1945; “Acerina y su danzonera”, la cantante Celia Cruz… “El último es Orlando Valle, `Maraca´. Pero Benny está en un lugar especial. Era completamente diáfano; incluso, se quitaba la dentadura postiza para cantar, y no le importaba cómo se veía”, señaló Rubio. --¿Cuál fue su impacto social en México? --El mambo. Benny Moré fue la voz del mambo, que inundó la rítmica musical de todas las orquestas de México. Fue uno de los fenómenos de popularidad más genuinos. Hablamos de las orquestas de Pérez Prado y del chiapaneco Rafael de Paz, con quienes participó antes de formar su propia orquesta, “La banda gigante”. Las presentaciones de Moré eran arrolladoras en México, y su estilo pasó a ser no sólo un ritmo musical, sino casi un estilo de vida. A pesar del estilo de vida que en la cúspide del éxito tuvo Benny Moré –a quien, por ejemplo, le gustaban los caballos, y apostaba grandes cantidades de dinero—el cantante decidió no abandonar su país a mediados del siglo pasado, después de la revolución encabezada por Fidel Castro. “Algunos de sus amigos le decían que se fuera de Cuba, pero Moré era un hombre de pueblo, profundamente querido en su tierra, y les respondía: `aquí nací y aquí me quiero morir`”, contó Rubio. Y citó una investigación realizada por el especialista Leonardo Padura, “Los rostros de la salsa”, en la que entrevistó a los grandes de este género en el mundo: Tito Puente, Willie Colón y Oscar d`León, entre otros. “Todos dicen que su referencia es Benny Moré, lo que podría confirmar que la salsa deviene del son, y que Moré es el padre de la salsa moderna”, añadió. El propio Oscar d`León, en una entrevista que le hizo Adolfo Rubio, le contó cómo desde niño tuvo a Moré muy presente, pues su padre tenía “la más completa colección de música” del sonero. “Yo me despertaba escuchando a Benny Moré, y me dormía siendo Benny Moré. Lo llevo en el tuétano”, le confesó. Añadió: “La muerte de Moré dolió muchísimo en México, como si se hubiera muerto uno de los grandes artistas nacionales. Su voz quedó grabada con algunos de esos grandes, como fue el caso de Pedro Vargas. Las grabaciones fueron dirigidas por el propio Benny, y don Pedro contó en sus memorias la sorpresa que le causaba verlo dirigir y hacer su música. Para él, Moré era un ser sobrenatural”.
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