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Declarados culpables cuatro cubanos que falsificaban pasaportes en Chile

El fiscal de la Zona Metropolitana Oriente, Carlos Gajardo, solicitó 10 años de cárcel para Jesús Oviedo Mendieta, jefe de la organización dedicada al lucrativo negocio de los papeles falsos.

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Este artículo es de hace 16 años

En un fallo unánime, el Tercer Tribunal Oral de Santiago declaró culpable al ciudadano cubano, Jesús Oviedo Mendieta, jefe de un grupo de isleños que elaboraba pasaportes y residencias falsas, que luego vendían a sus compatriotas por sumas que oscilaban entre los 300 y los mil dólares. El próximo 9 de abril será la lectura de sentencia y se conocerán las penas. Los jueces resolvieron condenar a Oviedo Mendieta por los delitos de falsificación de documentos públicos, pues consideraron acreditado que adulteró una serie de certificados de residencia definitiva en Chile, que permitía a los compradores conseguir visas en otros países. Asimismo, lo sentenciaron por el delito de falsificación de pasaportes y por suplantación de identidad, ya que usó el nombre de su hermano Raúl hasta diciembre de 2006, cuando la Brigada Investigadora del Crimen Organizado (Brico) de la policía civil puso fin al lucrativo negocio que dirigía. Sin embargo, los magistrados estuvieron por absolverlo del delito de receptación. El fiscal de la Zona Metropolitana Oriente, Carlos Gajardo, solicitó 10 años de cárcel para el acusado. Ex pareja También resultó culpable la ex pareja del jefe de la organización, Miriam Oquendo Mederos, por su responsabilidad como cómplice en el delito de falsificación de pasaportes. La misma suerte corrieron los colaboradores de Oviedo Mendieta, los cubanos Omar Martínez cruz y Ángel Luís Ramos Vásquez, autores del delito de uso de pasaportes falsificados. Fábrica de papeles Según la indagatoria, el presunto jefe de la organización junto a Huberto Rodríguez (prófugo) instaló una oficina en Santiago la que comenzó a operar en noviembre de 2006 como una verdadera fábrica clandestina de papeles fraudulentos. En esas dependencias se encontró un set de 297 timbres falsos, que incluía sellos del Ministerio del Interior, de Extranjería, del Registro Civil, de cónsules chilenos y de embajadas extranjeras, diversos bancos, notarías y de distintas unidades de la Policía de Investigaciones. Con ellos, elaboraban certificados de residencia definitiva en Chile para cubanos, los que luego eran utilizados para ser presentados en los consulados de El Salvador, Honduras, Belice, entre otros. Más tarde el objetivo era ingresar a Estados Unidos.

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