
Vídeos relacionados:
La Televisión Cubana transmitió recientemente el documental Sicko, del cineasta estadounidense Michael Moore, una producción que expone las deficiencias del sistema de salud en Estados Unidos y las compara con el modelo cubano.
El filme, estrenado originalmente en junio de 2007, fue presentado en el programa estatal Mesa Redonda, con el objetivo de mostrar cómo el sistema de salud cubano ofrece tratamientos gratuitos a los ciudadanos y a extranjeros, en contraste con las barreras económicas que enfrentan los estadounidenses en su propio país.
Lo más leído hoy:
Moore filmó parte del documental en Cuba en 2007, cuando llevó a un grupo de rescatistas del atentado del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York a recibir tratamiento en hospitales cubanos. Según el cineasta, estas personas no podían costear la atención médica en EE.UU. debido a la negativa de sus aseguradoras a cubrir sus padecimientos.
Sin embargo, la decisión de Moore de viajar a la isla le costó una investigación por parte del Departamento del Tesoro de EE.UU., que lo acusó de violar las restricciones de viaje impuestas por Washington a sus ciudadanos.
Sicko destaca el acceso gratuito a la salud en Cuba, pero omite las dificultades que enfrenta el sistema sanitario cubano, marcadas por la escasez de insumos, la falta de medicamentos esenciales y la precariedad en la infraestructura hospitalaria, una realidad que los ciudadanos denuncian a diario.
El documental también critica el modelo de salud estadounidense, señalando los altos costos de los seguros médicos y la falta de cobertura para millones de personas. No obstante, en su intento por contrastar ambos sistemas, Sicko evita abordar las carencias del sistema cubano, que en los últimos años se ha visto gravemente afectado por la crisis económica y la migración de profesionales de la salud.
Michael Moore es conocido por su enfoque provocador en documentales como Bowling for Columbine y Fahrenheit 9/11, este último galardonado con la Palma de Oro en el Festival de Cannes en 2004. Sicko, en la misma línea, se presentó como una crítica directa a la administración de George W. Bush y al poder de las corporaciones aseguradoras en EE.UU.
En Cuba, el filme fue recibido con interés por el público, aunque las autoridades evitaron referirse a los problemas internos del sistema de salud, enfocándose en resaltar su gratuidad frente al modelo estadounidense.
La emisión de Sicko en la televisión estatal cubana se enmarca dentro de la estrategia propagandística del régimen, que utiliza este tipo de contenidos para reforzar su discurso sobre las supuestas ventajas del modelo socialista, a pesar de las crecientes dificultades que enfrentan los ciudadanos en el acceso a servicios médicos de calidad.
Archivado en: