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La desaparición de varias colonias de cotorras y la pérdida de la emblemática Jungla de Jones sobresalen hoy en el desastre ecológico ocasionado por el huracán Gustav al pasar por la Isla de la Juventud.Fuentes en la empresa territorial para la protección de la flora y la fauna informaron a Prensa Latina que, aún sin cuantificar, los daños en los ecosistemas locales se prevén catastróficos. Vientos huracanados arrasaron con la vegetación autóctona, de tal guisa que visto desde el aire esta sureña isla luce un color opaco, en contraste con el verde que solía predominar allí. Plantas endémicas, como la palma barrigona, sucumbieron al embate de ráfagas superiores a los 240 kilómetros por hora, las cuales también ocasionaron estragos en bosques de pinos y otras coníferas. En tal sentido, la pintoresca Jungla de Jones, un jardín botánico con especies traídas de diversos rincones del mundo, quedó arrasada y sin un árbol en pie. "Gustav arruinó el trabajo de 10 años", lamentó el especialista Hanoi Calvo, consternado por la devastación del proyecto iniciado hace décadas por un matrimonio estadounidense asentado aquí. Calvo, trabajador de flora y fauna, agregó que las instalaciones para la recría de equinos quedaron destrozadas, aunque todos los animales sobrevivieron. Peor suerte al parecer corrieron los cerca de cuatro mil nidos de cotorra marcados en la Isla, cuyo paradero se desconoce. Asimismo, Calvo explicó que los investigadores esperan que desciendan las aguas para cuantificar los daños en sendos criaderos de monos y cocodrilos, aunque se mostró escéptico y pesimista. El hundimiento de la lancha de los biólogos dificulta por ahora llegar a los cayos Cantiles y Campos, donde se reproducían varios centenares de simios silvestres antes de quedar inundados. La Isla de la Juventud quedó completamente arrasada cuando el pasado sábado fue embestida por Gustav, categoría cuatro en la escala Saffir-Simpson, de cinco. Fuente: Cubavisión
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