La distinción se entregó en una ceremonia solemne en el Aula Magna de esa institución y la resolución rectoral correspondiente consideró a Alarcón un ejemplo para la formación política e ideológica de las nuevas generaciones. El rector, Ruben Zardoya, destacó los vínculos de Alarcón con la Universidad, donde fue presidente de la Federación Estudiantil Universitaria, su aporte a la lucha revolucionaria y la brillantez con la cual representó a Cuba en organismos internacionales. El Profesor de Mérito y presidente de la Casa de las Américas, Roberto Fernández Retamar, dijo que el homenajeado ha sido fiel a la mejor herencia universitaria, consolidando así una relación con la entidad a la cual nunca regateó su apoyo y presencia. Recordó que, durante la lucha contra la dictadura, unió a sus responsabilidades estudiantiles las inherentes a la militancia en el Movimiento 26 de julio y posteriormente en el Comité Central y el Buró Político del Partido Comunista de Cuba. Alarcón dedicó la distinción a los combatientes, héroes y mártires de la lucha revolucionaria y se refirió a la trascendencia del actual momento cubano, así como a la importancia de asumir la historia de la nación, cuestión de la cual depende su existencia. Asumir nuestra historia significa garantizar su continuidad, asegurar que las virtudes fundadoras de la Patria se reproduzcan en la conciencia de todos y cada uno de sus hijos y desarrollar a fondo la formación de valores, puntualizó. Añadió que el propósito debe ser convertir en norma de conducta colectiva la eticidad creadora de la nación, hilo conductor de toda su historia y fundamento de su cultura, y evocó la dureza del combate revolucionario frente a Estados Unidos, el imperio poderoso. Llamó a no hacerse ilusiones, pues la lucha continúa, en el futuro quizás con más complejidad y demanda de mayor rigor y profundidad al examinar una realidad cambiante en la que no faltan trampas y se precisa eludirlas con la ciencia y la conciencia. Fuente: Cubaheadlines
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