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Desde 1954 el último domingo de enero se conmemora el Día Mundial de la Lepra para recordar la fuerte presencia aún de esta enfermedad, que en Cuba dejó de ser un problema de salud pública desde el año 1993. Los científicos consideran en la actualidad que la lepra "es una enfermedad poco contagiosa que se cura con pastillas", pero el estigma social que la acompaña desde la antigüedad hace que se oculte e impida erradicarla. Por ello la detección oportuna de los casos nuevos y la prevención de las discapacidades causadas por esta dolencia constituyen aún un desafío médico. La conmemoración el domingo del Día Mundial de la Lepra es ocasión propicia para situarla en plano de atención. Aunque en Cuba dejó de ser un problema de salud pública desde hace 18 años, según criterios de la Organización Mundial de la Salud al alcanzar la reducción de la prevalencia a menos de un caso por 10 000 habitantes, cada año se siguen notificando nuevos enfermos, en todas las provincias del país, en adultos y niños. De lo que se trata ahora es de la interrupción total de la trasmisión, lo que se traduciría en cero casos de lepra. Por ello, el saber popular acerca del comportamiento de esta enfermedad —agente causal, vías de trasmisión, manifestaciones— se convierte en un elemento clave en la autorresponsabilidad ciudadana para conocerla y contribuir al establecimiento del diagnóstico temprano y, lo que reviste la mayor importancia, la prevención de las discapacidades, posibilitar asimismo la cura del enfermo e interrumpir la cadena de trasmisión. Lo importante es solicitar asistencia cuando se presentan manchas en la piel que pueden ser pálidas, rosadas o parduzcas, con la característica fundamental de que presentan trastornos de la sensibilidad; también se manifiesta con lesiones de bordes elevados, o nódulos como peloticas que sobresalen en la piel, en cualquier parte del cuerpo, sobre todo en la cara y las orejas. Algunos enfermos tienen obstrucción nasal, sangran por la nariz y se les forman costras sangrantes. Conocida también como mal o enfermedad de Hansen, en honor del médico noruego Gerhard Henrik Armauer Hansen, quien en 1873 identificó el bacilo causante de este padecimiento, el Mycobacterium leprae se trasmite por gotitas nasales cuando hay un contacto estrecho y frecuente con enfermos no tratados. El período de incubación, en general, se extiende como promedio por un período de 5 a 7 años, a veces más tiempo. Las primeras dosis de los medicamentos destruyen las bacterias y mueren, por lo que inmediatamente después de iniciado el tratamiento el enfermo deja de ser contagioso. Desde 1954 el último domingo de enero se conmemora el Día Mundial de la Lepra para recordar la fuerte presencia aún de esta enfermedad. Fuente: Cubavision
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