La opositora de 63 años estaba siendo tratada en el hospital Calixto García de La Habana desde el pasado 7 de octubre a causa de un agresivo virus que se alojó en su pulmón y que obligó a los médicos a ingresarla en la sala en cuidados intensivos. Según fuentes familiares, las pruebas realizadas por el Instituto Pedro Kuri, especializado en enfermedades tropicales determinaron que Pollán contrajo el Virus Respiratorio Sincitial y su situación se complicó al contraer también dengue. Otra de las fundadoras de las Damas de Blanco, Berta Soler, declaró que el comportamiento de los médicos del gobierno con la opositora y sus familiares fue correcto y agregó que ellos "están cumpliendo con su juramento de salvar al paciente, sin que importe la ideología". Las más activistas Laura Pollán era la esposa del economista Héctor Maseda, uno de los 75 disidentes presos en el 2003. Junto con otras esposas de disidentes presos crearon una organización para luchar por su libertad, la cual se produjo el pasado año. Durante siete años sus paseos dominicales por la Quinta Avenida de Miramar en La Habana fueron las únicas expresiones opositoras que hubo en la isla. Los adeptos al gobierno, en su mayoría mujeres, intentaron decenas de contramanifestaciones sin mayor éxito. El pasado año la Iglesia Católica intervino a su favor, el gobierno autorizó sus protestas e inició una negociación con el clero y el gobierno español que culminó con la liberación de todos los presos de conciencia de Cuba, incluyendo al esposo de Laura. Sin embargo, las Damas de Blanco continuaron sus actividades de protesta, convirtiéndose de alguna forma en otro movimiento disidente con un carácter más político que el que habían tenido durante sus primeros años de actividad. Un escollo más Tras la liberación de los disidentes presos la actitud de las autoridades ante las Damas de Blanco se tornó más dura y en varias ocasiones cientos de jóvenes les impidieron salir de sus casas para realizar nuevas manifestaciones públicas. Incluso la Iglesia Católica tomó distancia en la medida en que la razón humanitaria que las movía en un inicio, la excarcelación de los disidentes, adquirió un matiz mucho más político y por ende más difícil de defender para la institución religiosa. De todas formas, sus actividades públicas continuaron e intentan mantenerse en la calle, algo que prácticamente ningún grupo disidente ha logrado en los últimos 10 años. Sin lugar a dudas ese activismo es lo que más destaca a las Damas de Blanco. La falta de Laura Pollán se hará sentir en el movimiento, que además de enfrentar una mayor represión de los partidarios del gobierno, tienen la competencia de nuevos grupos disidentes formados por algunos de los presos recientemente liberados. Fuente: BBC Mundo.
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