Pedro Martínez Pírez (Santa Clara, 1937), subdirector de Radio Habana Cuba, conoce bien los medios de comunicación de la isla, en la mayoría de los cuales ha trabajado. Militante del Partido Comunista, además de periodista, Pírez ha sido también diplomático y diputado Pedro Martínez Pírez ha visitado recientemente Euskadi y la UPV/EHU de Leioa. Este veterano periodista cubano está viviendo con ilusión y optimismo los cambios que ha emprendido la isla, aunque advierte de que la burocracia puede ser el gran obstáculo en el camino. Una de las principales críticas a Cuba es la falta de libertad de expresión. ¿Cuál es su visión sobre los medios de comunicación cubanos? En Cuba, todos los medios de comunicación son propiedad social, es decir, públicos. La información no es una mercancía, es un derecho. Partimos de ese principio. En cuanto a la radio, actualmente en el país hay 96 emisoras: 6 nacionales, 15 provinciales y 75 municipales. ¿Qué espacio tiene la crítica? La radio, por ejemplo, nunca ha dejado de ser crítica, ha sido y es un medio que tiene mucha más credibilidad, precisamente por el ejercicio de la crítica. Este tema es fundamental, tenemos algunos programas célebres en Cuba, con debate, con responsabilidad, con madurez, sin ocultar nada ni tema alguno. ¿Va a llegar de alguna manera el proceso de cambio que vive Cuba a los medios de comunicación? Los medios, lo primero que tienen que hacer es racionalizar su personal, para que en ellos estén, sobre todo, las personas más idóneas. Porque a lo largo de los años llegaron algunos graduados universitarios que no eran periodistas. No todos tienen las técnicas, ni la vocación, ni la capacidad. Pero, en estos momentos, no está planteado la privatización de los medios. El Gobierno cubano se ha propuesto realizar todos los cambios necesarios para la "actualización" del modelo socialista en los próximos cinco años. ¿Cree que será posible? En el Congreso del Partido Comunista de Cuba que se celebró en abril y ahora, en la conferencia que tendrá lugar en enero, se aprobó limitar a dos mandatos de cinco años cualquier cargo dirigente a nivel político, de gobierno o administrativo. Es decir, que haya una reelección y listo. Eso requiere un cambio constitucional importante. Es una propuesta política que tiene que ser aprobada por la Asamblea Nacional del Poder Popular, que tendrá que hacerlo en los próximos cinco años. Las reformas políticas se están desarrollando y la más importante es esta, sin duda. ¿Por qué este cambio de mentalidad, después de que Fidel haya estado casi medio siglo en el poder? Creo que el país, la historia y el propio sistema político cubano necesita nuevos cambios, perfeccionamiento. Lo más importante de cualquier sistema es perfeccionarse. ¿Esto no debería ir acompañado de una apertura del espacio político a más partidos? No se está planteando. Lo que sí hay es un proceso muy profundo de democratización en el seno del propio partido. Por ejemplo, el hecho de que no sea necesario ser militante del partido para ocupar un alto cargo. Nosotros, desde hace dos meses tenemos un nuevo director general en Radio Habana Cuba y no es militante del partido. Esto, hace unos años, no era posible. El partido va ocupando cada vez más el lugar que le corresponde, en el sentido de no administrar. Porque ha habido, y este es uno de los errores, una mezcla del partido de dirigir y administrar al mismo tiempo. Por eso se tiene la idea de que los medios de comunicación están dirigidos directamente por el partido, porque los administran personas que militan en el él. Claro. Yo soy militante del partido, por ejemplo, desde 1977. Pero yo tengo un pensamiento a favor de los cambios. Lo que pasa que desde fuera se ve de otra forma. Como se ve es que el partido dirige los contenidos. No. Te voy a decir sinceramente. Fuera del partido hay mucha gente valiosa y dentro del partido hay alguna gente que ya no tiene un verdadero estilo revolucionario. Son gente que en la vida se fueron acomodando y ya no son la gente de vanguardia. Hay no militantes que tienen mejores condiciones, de trabajadores, de ejemplaridad, por encima de algunos que son militantes. Eso también es algo que se está perfeccionando. También el partido tiene que rejuvenecerse, sin pensar que todo lo tiene que hacer el partido. Hay que descentralizar, hay que diversificar y, por supuesto, ahora, como se está fortaleciendo el área no estatal de la economía, eso lleva a que haya un mayor peso y una mayor participación de aquel sector no estatal, que antes era muy minoritario. Sigue siendo minoritario, pero la tendencia es a crecer. Hay ministerios que han desaparecido en las últimas semanas, por ejemplo, el ministerio de azúcar desapareció y ahora es una empresa. También se ha hablado de flexibilizar la política de viajes. Cuba tiene en este momento importantes desafíos, y tiene que perfeccionar y actualizar también el tema migratorio. Porque no es solamente que los cubanos puedan viajar con mayores facilidades. Hay muchas trabas burocráticas creadas por las circunstancias, que se han convertido en obsoletas e injustas. Pero además es que hay cubanos que quieren regresar y hay trabas para que puedan hacerlo. Por eso la reforma no tiene que ser solo para viabilizar la salida, sino también el regreso. Y estos problemas no son solo cubanos, irse a Cuba con el retiro que tienen, por ejemplo, está prohibido, porque lo que ellos reciben en Estados Unidos no pueden llevarlo a Cuba, porque a Cuba la sancionan por usar el dólar. Y luego, los que quieren salir se encuentran con las trabas de la visa, que es muy difícil de conseguir. Además, salvo Ecuador, todos cobran por ella. Con respecto a lo que le corresponde a Cuba se va a ir solucionando, porque a todo el mundo le gusta viajar, es un derecho. ¿La burocracia puede ser un obstáculo en la implementación de las reformas? Personalmente creo que el principal enemigo y obstáculo de los cambios en Cuba en este momento, ya no es la llamada disidencia ni siquiera, yo diría, la propia acción del Gobierno de Estados Unidos mediante el bloqueo, sino que es la burocracia. Quiere decir que la burocracia en Cuba está defendiendo intereses creados, su estatus, el estatus que le dio aplicar todas las restricciones que muchísima gente tiene, es una burocracia que está enquistada en el poder y que no quiere que cambie nada. Yo creo que lo bueno es la conciencia que tenemos todos de que ahí es donde están los frenos. Algunos sectores burocráticos que se corrompieron están siendo severamente sancionados. Se están quedando sin espacio, porque en la medida que se eliminan prohibiciones obsoletas pierden poder. Porque es la burocracia lo que fomenta la corrupción y les da un poder por encima del que deberían tener. Es muy importante todos los pronunciamientos que en ese sentido ha hecho Raúl Castro. Ha hecho mucha autocrítica. Ha hecho señalamientos, críticas y advertencias muy fuertes y claras. Respecto a los medios de comunicación también. En el documento que va a discutirse en enero se habla de las deficiencias de los medios. No se escapa ningún sector de la sociedad cubana de la necesidad de un cambio de mentalidad. Hay sectores dogmáticos, y a esa misma burocracia le ha sido fácil aplicar restricciones atribuyéndoselas a las revolución. Por ejemplo, los viajes al exterior. Muchas veces no ha sido una política de gobierno, sino de las propias empresas o del dirigente medio de turno, que se atribuyen el derecho a no autorizar el viaje. ¿Qué señalamientos se hace sobre los medios de comunicación? Se habla de la autocensura y hay quien ha agregado el tema de la censura, que no es posible tolerar la censura. Muchos dicen que si en Cuba hay autocensura es porque hay censura. Y no dejan de tener razón, todo eso existió. Pero algunos cuadros se acostumbraron a no tomar decisiones, a no ser más críticos por temor a que los censores los sancionaran. Muchas veces la mediocridad se ampara con la burocracia y de ahí ese maridaje entre mediocre, burócrata y corrupto. Todo eso hay que barrerlo en Cuba. Se esperaba que del congreso de abril salieran los nombres de quienes relevarán a la generación histórica, pero Raúl Castro admitió que no había aún una generación preparada para ello. Durante año se habló de Carlos Lage y Felipe Pérez Roque, ahora ya no están. ¿Qué ha fallado? Raúl Castro dijo en el Congreso de abril que prácticamente se perdió una generación. Pero creo que muy a corto plazo habrá una generación de relevo, y serán los jóvenes que ahora tienen 19, 20 años, que están realizando sus estudios. Porque esta de la que tú hablas no tenía la mentalidad que hace falta hoy. Se ha criticado a Fidel Castro, pero bueno, ¿y los que estaban con él? Esos cuadros no tenían la mentalidad de transformación que necesitamos en Cuba. ¿Las reformas ministeriales de Raúl han sido para sanear el Gobierno? Raúl Castro, como estadista, con el apoyo de Fidel, va camino de sanear la economía. Y sanear la economía es sanear la sociedad y es hacer más democrática a Cuba. Ya Cuba es muchísimo más democrática que hace cinco años y va a más. En esa línea, ¿se habla de dar mayores libertades civiles, como de manifestación, abrirse más a la crítica? Pero si no hay pueblo más criticón que el cubano. Y los que más criticamos somos los revolucionarios, los que no somos ni burócratas, ni estamos corruptos. En los debates que se están haciendo para la conferencia de enero ya se ha propuesto hasta cambiar el nombre del partido y ponerle Partido Revolucionario Cubano. Con eso te doy un elemento de hasta dónde hay una transparencia, una democracia hacia la crítica. Fuente: DEIA.com
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