La primera planta de biodiésel de producción nacional que utiliza como materia prima el arbusto oleaginoso Jatropha curcas (piñón botija), inició su funcionamiento hoy en la oriental provincia cubana de Guantánamo. Las previsiones indican que la instalación puede producir cada año más de 100 toneladas de biocombustibles líquidos a partir del arbusto no comestible, conocido popularmente como piñón botija o de leche. De acuerdo con expertos, la aplicación del combustible resultante es muy corriente, en forma pura o mezclada, como sustituto del diésel mineral o petrodiésel. José Sotolongo, director del guantanamero Centro de Aplicaciones Tecnológicas para el Desarrollo Sostenible (CATEDES), explicó que la fábrica posee la ventaja de procesar la semilla de un arbusto tóxico que no compite con la producción de alimentos, a diferencia del girasol y la soya. En declaraciones a la Agencia de Información Nacional, precisó que los residuos de la Jatropha fertilizarán 50 hectáreas en producción, que se encontraban abandonadas en la árida franja costera sur Caimanera-Maisí. Añadió que se cultivarán en total 130 hectáreas con el fin de garantizar la materia para que la planta funcione a plena capacidad y el líquido pueda utilizarse puro (sin mezclar) en equipos agrícolas y otros dedicados a esa tarea. La fábrica piloto es fruto del Proyecto La biomasa como fuente renovable de energía para el medio rural (BIOMAS-CUBA), en el cual intervienen varias instituciones cubanas, con el apoyo de la Agencia Suiza de Cooperación al Desarrollo (COSUDE). Sufragada por el Estado cubano, la iniciativa prevé la producción integrada de energía y alimentos a escala local y a nivel de fincas, a la vez que prohíbe el empleo de materias primas comprometidas con la alimentación humana para la producción de biodiésel. Según investigaciones, la Jatropha curcas posee amplias potencialidades energéticas y medioambientales como alternativa para el desarrollo energético sostenible. Permite la producción de biodiésel a partir de su aceite vegetal (no comestible) y otras biomasas residuales (cáscara del fruto, pericarpio o cascarilla de sus semillas, la torta residual de la extracción del aceite y la madera combustibles). También contribuye a importantes soluciones ambientales, como el mejoramiento y conservación de suelos, el incremento de la biodiversidad mediante la reforestación y la mitigación de las emisiones de gases contaminantes. Fuente: Prensa Latina
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