De carambola, golpe cubano a Peña Nieto

Durante una ceremonia oficial Felipe Calderón exaltó la memoria de Oswaldo Payá, disidente cubano fallecido el 22 de julio último en un accidente automovilístico. En respuesta, el gobierno de Cuba reveló que en vísperas de la visita del Papa Benedicto XVI a la isla detuvo a cuatro jóvenes mexicanos que realizaron “actos subversivos”.

Oswaldo Payá Sardiñas © YouTube/Screenshot
Oswaldo Payá Sardiñas Foto © YouTube/Screenshot

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Este artículo es de hace 12 años

Durante una ceremonia oficial Felipe Calderón exaltó la memoria de Oswaldo Payá, disidente cubano fallecido el 22 de julio último en un accidente automovilístico.

En respuesta, el gobierno de Cuba reveló que en vísperas de la visita del Papa Benedicto XVI a la isla detuvo a cuatro jóvenes mexicanos que realizaron “actos subversivos”. Ellos, sostuvo, fueron aleccionados por el exsenador panista René Bolio Halloran, en colusión con organizaciones anticastristas de Miami. El problema es que actualmente Bolio pertenece a una organización que apoya al priista Enrique Peña Nieto. En un intento por atacar al PAN y al presidente Felipe Calderón, el gobierno cubano acusó la semana pasada al exsenador panista René Bolio Halloran de organizar acciones subversivas en la isla durante la visita a Cuba del Papa Benedicto XVI, realizada a finales de marzo último.


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Sin embargo, los señalamientos del gobierno cubano en realidad afectan al aspirante priista a la Presidencia, Enrique Peña Nieto, ya que Bolio dejó de militar en el PAN desde hace cinco años y actualmente forma parte del movimiento Volver a Empezar, que se sumó a la campaña de Peña Nieto y es encabezado por Manuel Espino, exdirigente nacional panista. El malogrado ataque contra el PAN se dio a través del periódico Granma y de la televisión cubana. En estos medios se acusó a Bolio de llevar a la isla a un grupo de ocho jóvenes mexicanos para que ahí –aprovechando el interés suscitado por la visita papal– repartieran propaganda anticastrista, incitaran a la toma de parroquias, tuvieran reuniones con la disidencia y exhortaran a la subversión, en una acción sincronizada con grupos anticastristas radicados en Miami. El gobierno cubano detectó esta maniobra y arrestó a cuatro jóvenes mexicanos pocos días antes de la llegada del Papa. Luego los liberó a principios de abril. Mantuvo en secreto ese operativo. Ahora –cuatro meses después– lo hizo público.

Tomó esa decisión a raíz de que Calderón honró la memoria del recién fallecido disidente cubano Oswaldo Payá, quien fuera dirigente del Movimiento Cristiano de Liberación Nacional e impulsor del Proyecto Varela que intentaba una transición democrática en Cuba. El pasado 23 de julio, al encabezar la ceremonia de premiación de la Olimpiada del Conocimiento Infantil 2012, en el Museo de Antropología, Calderón pidió a los asistentes guardar un minuto de silencio por la muerte del activista cubano, a quien consideró como uno de los más valientes y comprometidos luchadores por la libertad y los derechos humanos. Los asistentes al evento se pusieron de pie y honraron en silencio la memoria de Payá, quien un día antes murió en un accidente automovilístico.

Para los opositores al gobierno de la isla, se trató más bien de un accidente inducido. En su discurso, Calderón no dio a conocer el motivo por el que no pudo entrevistarse con Payá durante el viaje que realizó a Cuba el 11 y 12 de abril pasado. Pero dicha visita estuvo a punto de cancelarse debido justamente a la detención de los cuatro jóvenes mexicanos (Proceso 1849), pues La Habana no informaba con puntualidad al consulado mexicano sobre los delitos que se les imputaban. El gobierno cubano los liberó el 7 de abril, en vísperas de la llegada del mandatario mexicano. Calderón no quiso tensar más la difícil situación con el gobierno de Raúl Castro, y se abstuvo de entrevistarse con Payá y con otros líderes opositores como lo tenía previsto antes de realizar su visita de Estado. Los elogios de Calderón al líder opositor molestaron al gobierno cubano, que en una especie de contraataque decidió hacer pública la maniobra subversiva del exsenador panista Bolio, muy ligado a Manuel Espino y a los grupos católicos de ultraderecha. “Acciones subversivas” En su edición del pasado 31 de julio, Granma publicó un amplio editorial titulado La verdad y la razón en el que señaló: “Durante el pasado mes de marzo, días antes de la visita del Papa Benedicto XVI a Cuba, ocho jóvenes mexicanos viajaron como turistas a territorio cubano, con el objetivo de incitar al pueblo a protestar en las calles y a tomar iglesias, distribuir volantes y crear desórdenes en las actividades del sumo pontífice. “Cuatro de ellos fueron detenidos, los que reconocieron haber sido pagados, entrenados e instruidos por Orlando Gutiérrez Boronat, del Directorio Democrático Cubano, de Miami, para llevar a cabo esa operación de abastecimiento y propaganda. Informaron, además, que el jefe del operativo en México fue René Bolio Halloran, exsenador suplente del PAN y vinculado estrechamente a cabecillas de la mafia de Florida.”

Al día siguiente, la televisión cubana trasmitió un programa especial en el que aparecieron imágenes de los cuatro jóvenes dando los detalles sobre el “plan subversivo” en el que estaban involucrados. Ellos son Luis Antonio Nequiz, Moisés Torres Juárez, Bruno Aguilera y Refugio Gustavo Castellanos. Dijeron que fueron reclutados en México por Bolio y su colaborador Miguel Ángel Pateyro, en coordinación con los líderes del grupo de Miami Orlando Gutiérrez Boronat y Jenisset Rivero. La televisión mostró los panfletos antigubernamentales que Bolio les ordenó repartir, los cuales decían textualmente: “Salgamos de nuestras casas. Protestemos en nuestras calles. Cambiemos nuestra nación. No ayudes a la dictadura. Vamos a la protesta nacional”. Agregaron que se les proporcionaron mapas con los puntos donde debían repartir esos panfletos anticastristas. La consigna también era entrar en contacto con “opositores” al régimen radicados en la isla, como Jorge Luis Pérez, conocido como Antúnez; Yoani Sánchez, colaboradora del periódico español El País, y Berta Soler, vocera del movimiento Damas de Blanco. En la lista no estaba incluido Payá. Debían reunir gente e incitarla a tomar parroquias en las que permanecerían hasta que llegara el Papa Benedicto XVI, quien estuvo en la isla del 26 al 28 de marzo. Pero la policía cubana desbarató el plan y entre el 17 y el 24 de marzo –según el video– arrestó a los cuatro jóvenes. Otros cuatro, no fueron detenidos y regresaron a México por su cuenta.

En suma, tanto el editorial de Granma como el video transmitido por la televisión cubana coinciden en señalar que todo ello fue parte de un plan desestabilizador urdido por los grupos anticastristas de Miami y Bolio. Redes de ultraderecha René Bolio es un abogado de 42 años que ha militado en organizaciones de ultraderecha del país. Fue alumno del Instituto Mexicano de Doctrina Social Cristiana (Imdosoc) –ligado a la Iglesia católica y con fuertes vínculos con el Vaticano– y miembro de la Unión Nacional Sinarquista (UNS), organización de una religiosidad extrema cuyo fundador fue Salvador Abascal Infante, padre de Carlos Abascal, quien fuera secretario del Trabajo y de Gobernación en el gobierno de Fox, y posteriormente secretario de Formación y presidente de la Fundación Rafael Preciado, del PAN. Bolio ingresó a Acción Nacional en 1986. Según su currículum, fue coordinador de estados y director nacional de Organización del Comité Ejecutivo Nacional de este partido. De 2000 a 2006 fue suplente de la senadora Cecilia Romero, quien a principios de la década pasada recibió en México al disidente Payá. La carrera política de Bolio ha estado vinculada a dos personajes del panismo: Alberto Cárdenas Jiménez –de quien fue representante durante su precampaña presidencial en 2005– y José Luis Luege Tamargo, quien lo nombró su secretario particular cuando en 1999 fue jefe del PAN en la Ciudad de México.

Cuando Luege fue secretario de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) designó a Bolio coordinador de Delegaciones Federales. Al ocupar la titularidad de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), lo hizo coordinador de Emergencias y Consejos de Cuenca. Sin embargo, Bolio abandonó el PAN en 2007 y fue la cabeza visible del Movimiento de Participación Solidaria (MPS) que, bajo la doctrina social de la Iglesia, intentó en ese año formar un nuevo partido que aglutinaría a militantes panistas, miembros del sinarquismo, activistas de la Iglesia católica y a empresarios, entre éstos Lorenzo Servitje Sendra, fundador del Grupo Bimbo, y Patricio Slim Domit, hijo de Carlos Slim Helú (Proceso 1607). Varias de las reuniones del MPS se efectuaron en la sede del Imdosoc. El MPS derivó en Solidaridad, que Bolio intentó registrar como partido. El Instituto Federal Electoral (IFE) le negó el registro y Bolio impugnó tal decisión ante el Tribunal Federal del Poder Judicial de la Federación, que en 2008 ratificó la decisión del IFE. No obstante, Bolio se mantiene como presidente de Alianza Social, organización política nacional que, según los registros del IFE, fue inscrita el 14 de diciembre de 2008. Uno de los miembros de su Comité Ejecutivo Nacional es Miguel Ángel Pateyro, quien, según el video difundido por la televisión cubana, reclutó a los jóvenes mexicanos que fueron detenidos en Cuba por realizar “actividades subversivas”. Bolio también es miembro de Volver a Empezar (VAE), organización que dirige Espino, quien públicamente ha manifestado su oposición al régimen cubano. De hecho, cuando en 2007 fue elegido presidente de la Organización Demócrata Cristiana de América (ODCA), Espino logró que en el congreso de esta organización se aprobara la incorporación de tres partidos opositores al gobierno de Fidel Castro: Proyecto Demócrata Cristiano, Movimiento Cristiano Liberación –que lideraba Payá– y Directorio Democrático Cubano, cuyo dirigente, Orlando Gutiérrez Boronat, fue acusado por el diario Granma de “pagar, entrenar e instruir” a los jóvenes mexicanos detenidos en La Habana.

Además, Espino logró que el primer vicepresidente de la ODCA fuera Marcelino Millares, dirigente del Partido Demócrata Cristiano de Cuba, organización con sede en Miami y de filiación anticastrista. Espino y los miembros de su nueva organización, VAE, se aliaron con personajes que se alejaron de sus partidos o agrupaciones originales –como los experredistas Rosario Robles, René Arce y Víctor Hugo Círigo– para formar un nuevo grupo denominado Concertación Mexicana, que apoyó la candidatura presidencial de Peña Nieto. De hecho, el pasado 5 de junio Peña Nieto participó en un evento en el salón Floresta, cercano al bosque de Chapultepec, en el que –flanqueado por Espino y Rosario Robles– firmó el documento Plan de concertación mexicana, por medio del cual se comprometió a impulsar desde la Presidencia de la República seis políticas de Estado y 14 principios éticos. En ese evento también participó Bolio, quien forma parte del Comité de Concertación Mexicana. Así, la acusación que el gobierno de Cuba lanzó contra Bolio, no golpeó al PAN sino al PRI, que ha sido su aliado histórico y cuyo candidato Peña Nieto fue felicitado por Raúl Castro en una carta que le envió el pasado 6 de julio “en ocasión de su elección como presidente de los Estados Unidos Mexicanos”. Vocación anticastrista.

En entrevista con Proceso, Bolio niega las acusaciones del gobierno cubano. “No tienen ningún fundamento; no tiene que ver conmigo, ni siquiera conozco a esos jóvenes”, afirma. –¿A qué atribuye entonces que lo señalen? –Llevo 18 años luchando a favor de los derechos humanos en Cuba. Hemos acompañado las acciones de disidentes, como Antúnez (Jorge Luis García Pérez, dirigente del Frente Nacional de Resistencia Cívica Orlando Zapata) y las Damas de Blanco, y apoyamos el Proyecto Varela (que Payá impulsó a principios de la década pasada). Añade que sus acciones relacionadas con Cuba son “básicamente de apoyo y denuncia”. Sostiene que su organización difunde “lo que sucede en la isla: el encarcelamiento de disidentes, la represión interna y las malas condiciones sociales que prevalecen en ese país”. Además, dice, “colaboramos con el envío de documentos y materiales de resistencia civil, y realizamos teleconferencias desde la isla”. Comenta que la mayoría de sus actividades a favor de los derechos humanos en Cuba las realiza desde México, pero también en la isla. En 2002, por ejemplo, él mismo acudió a La Habana a ofrecer una conferencia conjunta con Payá ante corresponsales extranjeros. Admite: “Claramente le digo: sí he participado en actividades contra el régimen de los hermanos Castro y voy a seguir participando hasta que éstos caigan, pero en este caso no fui yo, punto”. Y reflexiona: “Los muchachos fueron detenidos en marzo y liberados en Semana Santa. ¿Por qué las autoridades cubanas difunden los hechos cuatro meses después? Pues por una razón: tratan de desviar la atención sobre lo que verdaderamente es grave: la sospechosa muerte de Payá”. Fuente: Proceso.com.mx

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