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Cuba no sale de las portadas de prensa. La causa en esta ocasión es Cimavax-EGF, la primera vacuna terapéutica descubierta que contribuye a frenar el avance y metástasis del cáncer de pulmón, cuarta causa de mortalidad en la Isla Caribeña.
La vacuna en cuestión ha sido producida en Cuba como consecuencia del trabajo, por más de 25 años, de investigadores cubanos. Ensayos realizados en pacientes afectados por cáncer de pulmón, demostraron en 2008 una supervivencia a la enfermedad de seis u ocho meses más que aquellos a los que no se les suministró Cimavax.
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Precisamente en el marco de acercamiento entre Cuba y Estados Unidos, se produjo ayer la firma de un acuerdo entre investigadores del Instituto del Cancer Roswell Park y del Centro Cubano de Inmunología Molecular: primer paso para la realización de ensayos clínicos en Estados Unidos y aprobación por parte de la FDA para la comercialización de lo que sería un logro de la investigación en Cuba y un paso para el tratamiento de una enfermedad con una mortalidad de más del 50% de los casos al año de ser detectada.
Candace Johnson, directora ejecutiva Instituto del Cancer Roswell Park, espera tener los permisos pertinentes para poder comenzar los ensayos clínicos con la vacuna. Pruebas anteriores llaman al optimismo con respecto al uso de Cimavax-EGF, por la poca toxicidad encontrada, los relativamente bajos costes de producción y las facilidade para su conservación.
Aunque la vacuna no ataca directamente las células afectadas, sí desencadena un mecanismo que genera anticuerpos en el propio organismo enfermo y que enlentecería el crecimiento celular y avance de la enfermedad. Se espera que como resultado de nuevas fases de ensayos clínicos pueda ampliarse su aplicación a otros tipos de cáncer.
En Cuba la vacuna se aplica desde hace años y de manera gratuita a pacientes en tercera o cuarta fase de la enfermedad, que no respondieran ya satisfactoriamente a otros tratamientos de quimio o radioterapia.
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