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La Juve enredó al Real Madrid en un empate desventajoso en la segunda parte de la semifinal y logró clasificarse para el final de la Champions. Con el 1-1, más el 2-1 del partido de ida, los italianos se ganaron el derecho a discutir el título de Europa el 6 de junio contra el peligroso Barcelona.
Tras un gol de penal en el minuto 23, el Real Madrid volvió a celebrar su suerte, tal como lo hicieron cuando el sorteo decidió que jugarían contra el Juventus. Tras una torpeza defensiva de Chiellini, quien hizo caer a James en el área grande, el árbitro marcó penal y Cristiano lo convirtió. A pesar de haber dominado ligeramente hasta entonces la primera mitad, el Juventus desapareció de la cancha después del gol. En lugar de aprovechar y rematarlos, el Real Madrid se creyó clasificado y por segunda vez subestimó a la Juve.
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Pero el cuadro italiano, sin ser de los más difíciles, es de lo más incómodos. Serena, calculadora, sin gastar más energías de las que podía utilizar, La Novia de Italia fabricó una jugada mortal en el 57 y Morata fusiló la portería, para lograr el 1-1 definitivo. En un gesto quijotesco, el español no celebró el gol contra su antiguo equipo.
Lo demás fue trámite. La Juve se tiró a la defensa, estiró los minutos, hizo cambios, empantanó el partido, y se evaporó la clasificación para un Madrid que se esforzó poco y jugó sin imaginación.
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