Vídeos relacionados:
A pesar de no ser el sitio idóneo para ello, el Gran Stadium de La Habana albergará el recuerdo de los peloteros más grandes que han nacido en Cuba. Fundado en 1939 y congelado en 1960, el Salón de la Fama del béisbol cubano revivió a finales de 2014, gracias a la labor de un grupo de entusiastas encabezados por el cineasta cubano Ian Padrón.
El Latinoamericano es el principal estadio de Cuba, el de más capacidad y el de mejores condiciones. Actualmente está en medio de un proceso de rehabilitación que se inició en 2014. Sus principales problemas se encuentran en el sistema de irrigación del césped y en el techo calcinado de sus graderíos.
Lo más leído hoy:
Sin embargo, y a pesar de su historia y su calidad, el Latino es en definitiva el terreno del equipo Industriales y hubiera sido preferible escoger como sede del Salón de la Fama un sitio neutral y ajeno a cualquier territorialidad. Ahora, inevitablemente, el museo de la pelota cubana quedará marcado por el aura del equipo azul, su estadio y su fanaticada.
De todas maneras, la selección del Coloso del Cerro resulta venturosa para que el Salón de la Fama no siga flotando en la nebulosa de las buenas intenciones, pero su colocación allí no deja de parecer temporal, pues más tarde o más temprano tendrá que buscársele un sitio propio, donde se le pueda garantizar al mausoleo de nuestra pelota un mínimo de identidad.
El Salón de la Fama se inauguró en Cuba en 1939 y hasta 1960 ingresó a 68 peloteros, entre los que destacan glorias del pasado como Adolfo Luján, José de la Caridad Méndez o Martín Dihigo. En su reanudación, en 2014, fueron exaltados cinco miembros de la Liga Cubana de Béisbol profesional: Conrado Marrero, Minnie Miñoso, Camilo Pascual y Amado Maestri (arbitró), así como el tatarabuelo del béisbol cubano, Esteban Bellán. Entre los mejores de la Serie Nacional, también tuvieron su ingreso Omar Linares, Antonio Muñoz, Orestes Kindelán, Luis Giraldo Casanova y Braudilio Vinent.
Archivado en: