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Tany Pérez, el Big Dog de la Gran Maquinaria Roja de la década del 70 en la MLB, será inmortalizado con una estatua en el estadio de Cincinnati, el Great American Ball Park. El cubano, miembro del Hall de la Fama del Béisbol de Cooperstown desde el año 2000, podrá ver su estatua desde el 22 de agosto, cuando será colocada junto a las de otros jugadores del equipo con el que jugó sus mejores años.
El infilder nacido en Ciego de Ávila debutó en las Grandes Ligas en 1964 con los Padres de San Diego, pero al final de esa temporada se mudó para los Rojos, equipo para el que jugó en dos etapas, primero hasta 1976, fecha que marcó el ocaso de la Gran Maquinaria de Cincinnati, y luego de 1984 hasta 1986, cuando se retiró del béisbol activo.
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En sus 23 años de carrera, en los que vistió además los uniformes de los Expos, los White Sox y los Phillies, Tany bateó para un promedio de 279, empujó 1 652 carreras, anotó 1 272 y conectó 379 jonrones, con la de 1970 como su mejor temporada, cuando conectó 40 cuadrangulares. Sus vuelacercas lo ubican como el tercer cubano más jonronero de todos los tiempos en las Grandes Ligas, detrás de Palmeiro y Canseco.
Pero sus mejores años fueron los de su primera estancia en los Rojos, cuando la Big Red Machine llegó cuatro veces en siete temporadas a la Serie Mundial, y ganó las de 1975 y 1976.
Precisamente la estatua de bronce que tendrá en el estadio de Cincinnati lo inmortaliza conectando un jonrón en el último partido de la Serie Mundial de 1975. En esa década, Tany Pérez fue el segundo que más impulsó carreras entre todos los jugadores de las Grandes Ligas, con 954 traídas para el home.
Elegido siete veces para el juego de las estrellas y exaltado al Salón de Cooperstown en el año 2000, tras su retiro Tany Pérez fue manager de los Rojos y de los Marlins. Actualmente labora como asistente del equipo de Miami.
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