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Cuba consiguió ayer un empate sin gloria frente a su similar de Curazao, en el inicio de las eliminatorias para la Copa del Mundo de Rusia en 2018. A pesar de salir como favoritos, los cubanos negociaron un empate con un equipo inferior contra el que no encontraron la forma de ganar.
Lo más malo del partido no fue el 0-0 final, la peor anotación que puede tener un partido de fútbol, sino lo poco que hizo el equipo cubano por ganar. Salvo algunos minutos al final del primer tiempo, los antillanos apenas fabricaron jugadas y se limitaron a lanzar pelotazos al horizonte buscando un gol casual. Mucho mejor estuvo la defensa, sobre todo si se compara con el desastre que se vio hace unos días en el Pedro Marrero ante el Cosmos de Nueva York.
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Tampoco jugaron bien los curazoleños, aunque lo hicieron mejor, pues mostraron un fútbol más creativo y ordenado y sus jugadores se desplazaron y tocaron mejor la pelota. Muchos de ellos juegan en ligas de varios países, interactúan todo el año con jugadores y maneras diferentes de jugar al fútbol, algo que los cubanos siguen sin poder hacer, razón por la cual se estacan en la liga cubana, a pesar del talento que traen de las categorías juveniles.
En general fue un partido monótono, aunque la culpa no fue solo de los jugadores y su pobre accionar, sino de las malas condiciones de un terreno curazoleño enchumbado en agua, algo que dificultó bastante el desenvolvimiento del juego.
Con el empate, Curazao sacó una ligera por haber jugado en su terreno. En caso de otra igualada a un gol o más en el partido de vuelta, los cubanos serían eliminados de la clasificatoria del Mundial.
El juego de vuelta se realizará en el estadio Pedro Marrero de La Habana, el domingo 10 de junio a las 4:00 pm.
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