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Los cubanos se espabilaron este lunes en el segundo choque del tope contra Nicaragua, con una ofensiva que incluyó 13 inatrapables, un jonrón y 11 carreras, superproducción que despeja preocupaciones tras un inicio titubeante del bateo en el primer choque.
Está claro que maltratar a un equipo como Nicaragua no tiene el mérito que quisiéramos, pero despeja dudas y da confianza en torno a un equipo que aspira a liquidar a conjuntos fuertes como Estados Unidos o Canadá, u otros que pudieran atravesarse en la aspiración de ganar los Panamericanos, como Puerto Rico o Dominicana.
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Para evitar el tono triunfalista, no es que los cubanos tengan obligatoriamente que ganar, porque ni ellos son superdotados, ni los contrarios se lo merecen menos. Pero lo que es inaceptable es que Cuba tenga siempre un desempeño por debajo de sus posibilidades, como ha venido pasando sistemáticamente en los últimos torneos internacionales, quitando los Centroamericanos, un torneo menor, no solo por el limitado número de países que participan, sino por la baja calidad de los equipos de béisbol que se enfrentan.
Volviendo al segundo partido del tope, Cuba noqueó a Nicaragua 11 carreras por 0 en siete entradas, con destaque ofensivo para Willian Saavedra y Urmanis Guerra, quienes batearon dos hits en cuatro oportunidades. Saavedra conectó el único cuadrangular del partido, el segundo que da en el tope. Por cierto, en función de designado, Saavedra no va a tener espacio en la alineación del Cuba, pero podría desalojar a Malleta de primera, pues, capitán y todo, el industrialista lleva de 7-0 en el tope, y es un bateador que tiene una cuenta pendiente con la estabilidad, en el Cuba y en Industriales, a pesar de su calidad.
Además destacaron en la producción José Adolis García, de 5-2 y un tubey, y Rudy Reyes, de 2-1, ambos con dos impulsadas y dos anotadas. También bateó bien Yurisbel Gracial. A pesar de ser el último en llegar a la preselección, el guantanamero matancero se fue de 2-2, con un doble y dos impulsadas.
En cuanto al picheo, el zurdo Yoanis Yera estuvo intratable en cinco entradas, con ocho ponches y tres indiscutibles permitidos. Le siguieron en la loma el incombustible Jonder Martínez y Dany Aguilera, quien se merece un aparte. Dany Aguilera no tiene el rectazo de Yuniel Cano, pero demostró, sobre todo en el último año con La Isla (que entre otras cosas quedó segundo gracias a él), que es un magnífico acomodador, y tal vez pudiera ser un buen candidato a ocuparse de las séptimas entradas, si realmente la dirección cubana pretende aplicar la especialización del picheo, como tanto se dice.
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