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Más que sentirse como un éxito la tercera victoria de Cuba frente a Nicaragua, comienza a preocupar la poca capacidad ofensiva de los visitantes, que llevan 25 innings sin haber anotado ni una sola carrera.
Esto podría responder a dos motivos: o el picheo cubano es demasiado bueno o los nicaragüenses están pasando por un momento terrible. Por desgracia, ninguno de los dos parece la respuesta y cada segundo que pasa va tomando fuerza la sospecha de que Cuba se equivocó al elegir a Nicaragua para este tope de preparación.
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Un entrenamiento con un equipo tan débil podría traer más daños que beneficios, pues los cubanos no se emplearían a fondo, se recogerían parámetros alterados de su desempeño y se implementarían estrategias ineficaces contra equipos fuertes.
A dos juegos de terminar, Cuba tiene más que perder con este tope que Nicaragua, a menos que los Nicas se compongan y el amistoso pueda servirnos realmente de termómetro del estado actual en que se encuentra nuestra selección, para que se hagan desde ahora los ajustes que se necesiten, y no cuando sea tarde.
El partido de ayer concluyó 2 carreras por 0, pero no fue un juego de picheo, pues los cubanos batearon con comodidad, aunque no fueran eficientes produciendo carreras. El ganador fue Yosvani Torres, un pitcher de calidad más que probada y el más estable que ha conocido el béisbol cubano en los últimos años. Lo relevaron Alberto Bicet, a pesar de que no es relevista, y José Ángel García, el líder histórico de juegos salvados en Series Nacionales.
Este tercer juego no empezó hasta finalizar una extensa y ceremoniosa presentación de ambos equipos, de todos sus jugadores, los regulares y los del banco, algo totalmente innecesario a la altura del tercer partido. Además de demorarse inútilmente el inicio del juego, obligó a los jugadores a estar todo ese tiempo bajo el Sol, para ser presentados encima a un estadio casi vacío, ceremonia que no parece tener otra intención que satisfacer el ego de los organizadores provinciales. Ojalá que en este tope que ya agoniza, los rituales iniciáticos de Artemisa y Mayabeque sean un poco más sobrios.
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