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Hace cerca de veinte años, la Unidad Empresarial de Base de Flora y Fauna de Ciego Ávila se dio a la tarea de proteger al cocodrilo americano (Crocodylus acutus) y potenciar el nacimiento de nuevos especímenes.
Inicialmente, el llamado Zoo Criadero de Cocodrilos, ubicado en Morón, no alcanzaba los resultados esperados por la baja talla de los reptiles machos. “No fue hasta el 2008 que adquirimos una incubadora junto a 10 machos con el peso y la talla adecuados, fue entonces que acertamos con la reproducción", explicó Ana Mary Miranda, directora de la instalación, especialista de la Unidad Empresarial de Base de Flora y Fauna y fundadora del criadero. Tras varios años de empeño y de labor continuada se ha conseguido alcanzar la cifra de 700 nuevos nacimientos de cocodrilos americanos.
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El cocodrilo americano posee 5 metros de media de longitud y 500 kg de peso promedio, lo cual lo convierte en uno de los mayores de América. Aunque algunos lo confunden con el alligátor, sus escamas son más notorias y claras, las patas más cortas y la cola más desarrollada. Sus hábitats naturales son La Florida y algunas zonas costeras del golfo de México, ríos de la costa caribeña de Honduras, Nicaragua, Costa Rica, Panamá, Colombia y Venezuela, y en la costa del océano Pacífico, desde México hasta el norte de Perú.
El ejemplar en cautivero de mayores dimensiones de que se haya tenido constancia, Papillón, se encontraba en México, en el Parque-Museo La Venta de Tabasco. Medía 4.2 metros y pesaba 450 kg. Falleció en enero de 2014 cuando contaba con cerca de 80 años de edad. Actualmente se encuentra disecado en el mismo recinto.
Pese a que en el año 1994 esta especie dejó de considerarse en riesgo de extinción para catalogarse como especie vulnerable, en zonas como Colombia sigue manteniendo la condición de peligro crítico de extinción. La caza indiscriminada del hombre para uso de su piel es el mayor riesgo para la preservación de su especie. Por eso, centros como el avileño y otros semejantes, algunos en la propia geografía cubana (Guanahacabibes, por ejemplo), son imprescindibles para potenciar el nacimiento de nuevos ejemplares de esta especie.
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