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Los equipos Ciego de Ávila y La Isla, campeón y subcampeón respectivos de la 54 Serie Nacional, serán los encargados de estrenar la 55 edición del clásico del béisbol cubano, el próximo 29 de agosto.
Aunque esta nueva versión no tiene cambios estructurales con respecto a las últimas que se han hecho, con 45 juegos entre los 16 equipos en la primera ronda y otros 43 partidos entre los 8 que clasifiquen, lo cierto es que la Serie Nacional cubana es una gran incógnita, aunque nuestros comisionados y dirigentes deportivos no se den por enterados.
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El año pasado vivimos una Serie corriente y tranquila en su superficie, pero caótica y desestructurada en sus vísceras, pues decenas de peloteros la abandonaron a medida que se iba desarrollando. El resultado no fue analizado públicamente, aunque tampoco fue negado, pero los equipos tuvieron que hacer malabarismos para llenar huecos y sustituir jugadores regulares a lo largo de toda la campaña, sobre todo al final.
Y precisamente ese final de temporada que envalentonó a los peloteros a irse a la desbandada, es el que pudiera sustituir el inicio tradicionalmente tranquilo de nuestros clásicos, en esta 55 Serie que amenaza con convertirse en un dolor de cabeza crónico para los directores de equipo y en una angustia sin cura para los aficionados.
Con esta tormenta insinuándose en el horizonte, la 55 Serie dará inicio el 29 de agosto con el choque habitual entre campeón y subcampeón, y continuará al día siguiente con las primeras subseries entre los equipos Pinar del Río y Sancti Spíritus, Industriales-Ciego de Ávila, Artemisa-Granma, Mayabeque-Santiago de Cuba, La Isla-Villa Clara, Matanzas-Cienfuegos, Las Tunas-Camagüey y Guantánamo-Holguín.
El 27 de octubre será la primera rebanada, cuando los ocho equipos más ganadores sigan en campaña, después de alimentarse con cinco jugadores de las nóminas excluidas. A continuación el campeonato caerá en el sopor otoñal para que el equipo Cuba participe en el torneo Premier 12, que se celebrará del 8 al 21 de noviembre, una pausa innecesaria y contraproducente, pues los equipos pudieran seguir jugando sin los peloteros de la selección nacional, lo que evitaría que nuestros jugadores se fueran de juego y que se detuviera nuestro principal espectáculo deportivo.
De regreso de Asia, los peloteros de la selección nacional se incorporarán al juego de las estrellas, que tendrá lugar el 6 de diciembre, y dos días después comenzará la Serie donde la dejaron, pero con los 8 equipos clasificados. A finales de enero el torneo volverá a detenerse para que el campeón Ciego de Ávila ejerza su derecho a asistir a la Serie del Caribe, que en 2016 tendrá su sede en República Dominicana.
A partir del 13 de febrero se volverá a jugar para dar fin a la segunda etapa clasificatoria y dar el salto a los play off, donde se enfrentarán los cuatro equipos más ganadores, desde principios de marzo.
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