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El prestigioso bailarín cubano Carlos Acosta, actual estrella del Royal Ballet de Londres, en Reino Unido, confirmó la determinación de fundar una compañía en Cuba con la convocatoria a bailarines de toda la isla, con formación profesional e interesados en integrar el proyecto, a presentarse en audiciones en la Escuela Nacional de Ballet Fernando Alonso, en La Habana.
La nueva compañía, adscrita al Centro de Danza de La Habana, ofrece contratos a doce bailarines en total, 6 hombres y 6 mujeres, con capacidad de asumir las demandas de las técnicas de la danza clásica y la contemporánea. Y de este modo se infiere que las audiciones consisten en demostrar habilidades para ambas modalidades danzarías.
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Coherente con su propósito sostenido de colaborar con las instituciones culturales de la Isla, y con los cubanos que viven en Cuba, Carlos Acosta prepara en estos momentos su retiro como bailarín clásico del Royal Ballet (una de las compañías más prestigiosas del mundo, a la cual está ligado desde 1998) y aspira a continuar una carrera en la línea contemporánea.
Este año, el Círculo de Críticos de Gran Bretaña le concedió el Premio Nacional de Danza en reconocimiento a sus logros durante toda una vida dedicada a ese arte, y la crítica estadounidense aplaudió efusivamente en Norteamérica su versión de Don Quijote para la compañía británica.
Los planes inmediatos del artista incluyen una nueva versión de la obra Carmen, concebida para el Royal, y prevista para estrenarse en el próximo mes de septiembre, cuando a la vez prevé dar los primeros pasos con su compañía en Cuba, a la cual consagrará todo su esfuerzo, y sus experiencias de primera figura como bailarín y coreógrafo.
A los 42 años de edad, Acosta tampoco dispone de mucho tiempo más como primer bailarín de ballet clásico, pero su carrera en otras facetas del arte renacen sobre todo en su país natal, que le concedió el Premio Nacional de Danza, y también en Reino Unido, donde le concedieron en 2014 el título de Comandante del Imperio Británico.
La Compañìa Carlos Acosta se suma a un complejo de grupos dancísticos cubanos entre los cuales prima la pluralidad, a pesar del cierto monopolio ejercido por el Ballet Nacional de Cuba, últimamente demasiado aferrado a los clásicos.
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