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La mayoría de los ingresos de los negocios privados en Cuba no aportan nada al país, sino que se “escapan” al exterior por vías insospechadas, apuntó un reportaje publicado por el medio digital independiente Cubanet.
Un buena parte del capital provisto por los cuentapropistas y que el gobierno cubano pensaba ingresar con la aplicación de los Lineamientos, no se está quedando en los bancos nacionales. Investigaciones realizadas por estudiantes y profesores de la facultad de Economía de la Universidad de La Habana arrojan dicho estimado.
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De acuerdo con el trabajo periodístico de Cubanet, de manera paralela a los negocios particulares registrados bajo licencia de la Oficina Nacional de Administración Tributaria (ONAT), existen cientos de actividades ilegítimas que operan en la isla (con ganancias incluso millonarias) y que no ingresan absolutamente nada al país.
El exprofesor de la Facultad de Economía y ahora cuentapropista, Gonzalo Hernández, afirmó que el anuncio del acercamiento de EEUU hacia Cuba, ha influido directamente en el auge de estos comercios “por la izquierda”, sobre todo los relacionados con trámites migratorios.
Desde Ecuador, México o los EEUU, se ofertan servicios de legalización de documentos, visado y transportación hasta el lugar de destino, incluso sin que la persona deba acudir a los consulados y agencias de viaje para realizar los trámites, señala el reportaje.
Estos procesos se realizan en y desde el exterior, por lo que “los bancos cubanos no alcanzan a manejar ni un mínimo por ciento de las ganancias”.
“Aprovechando este impasse de tanta incertidumbre”, comentó Hernández “en que muy poco se permite por la ley pero que en verdad todo se puede si se tiene dinero suficiente para activar ese mecanismo milagroso que mejor define a la economía cubana y que es el soborno en todos los niveles, la gente se ha lanzado a sacar provecho de las circunstancias, a ser los pioneros en una tierra relativamente virgen”.
Según el testimonio de varios emprendedores de negocios en Cuba, la gente prefiere invertir en otros países, tanto para ampliar su mercado, como para adquirir insumos o con el fin de emigrar definitivamente en un futuro próximo.
Asimismo, queda expuesto que aunque en numerosas ocasiones el Banco Nacional atribuye esta problemática a la falta de conocimiento por parte de la población, recurrir al financiamiento externo deviene resultado de la desconfianza generalizada en el sistema bancario cubano y las desventajas, para los comerciantes, que acarrean las relaciones exclusivas con el Estado.
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