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El martes 25 de agosto salió al aire por Cubavisión, el Canal de la Familia Cubana, en horario estelar, una nueva emisión del programa Con dos que se quieran 2, conducido por el cantautor Amaury Pérez, en su faceta de entrevistador y conductor de programas. El programa no solo se ha dedicado a exaltar a grandes figuras de la cultura nacional, sino que también se dedica a explorar las zonas de conflicto en las diversas manifestaciones artísticas de la Isla.
Lo noticioso del programa, al cual estaba invitado el humorista Ulises Toirac, ocurrió cuando este último protestó airado, y conmovido, en contra de los huecos negros, los espacios de silencio, los grandes personajes ignorados y olvidados de la cultura cubana a causa de las diferencias políticas entre los cubanos de la Isla y el exilio.
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Ulises se refería, y lo dejó en claro, a Leopoldo Fernández (Tres patines) “el mejor actor cómico cubano de todos los tiempos”, atracción principal del espacio radiofónico La tremenda corte (1941-1961), un verdadero clásico en la historia del audiovisual latinoamericano. Leopoldo Fernández, creador también del personaje de Pototo en el popularísimo dúo Pototo y Filomeno (con Aníbal de Mar), se exilió en México en 1959, y poco después fue “borrado” de la historia de la cultura cubana, por decirlo en los términos usados por Ulises y Amaury.
El tema de tales exclusiones y olvidos vino a cuento cuando Ulises Toirac explicó el origen de su programa humorístico, estelar de la Televisión Cubana, ¿Jura decir la verdad?, como un homenaje a La tremenda corte y a Leopoldo Fernández. El personaje de Toirac se llamaba Chivichana (que también designa a una especie de patineta rústica de los niños cubanos) y conservaba el modo de hablar y la socarronería propia del personaje que hacía Tres Patines en La tremenda corte.
Ulises Toirac aseguró que la historia de la cultura cubana no puede tener espacios vacíos ni lagunas negras, refiriéndose al olvido en que estaba Leopoldo Fernández, desconocido por completo para los nacidos en Cuba después de 1959. Poco después, Toirac aseguró que “el humor es un elemento tan unificador de los cubanos como la música”, y que “el humorista trabaja con las represiones emocionales, sexuales, sociales o estéticas de la gente", y por eso es posible que su humor funcione con los cubanos de adentro y de afuera de la Isla.
Toirac es uno de los humoristas más populares en Cuba, y animó con su presencia e ingenio espacios de televisión estelares como Sabadazo, ¿Y tú de qué te ríes? y el mencionado ¿Jura decir la verdad?, que actualmente se está reprisando por enésima vez. Últimamente, ha sido invitado con frecuencia para actuar en Miami, y en la entrevista también aludió a este intercmabio cuando Toirac expresó que su mayor deseo sería la desaparición de todas las trabas y prejuicios que existen a ambos lados del Estrecho de la Florida para aceptar la diferencia de puntos de vista.
En la entrevista, Toirac dijo sentirse realizado como artista porque se percató que su actuación llegaba a la gente, le mejoraba la vida. Lo ilustró con una anécdota: en 1994, una señora mayor lo detuvo en la calle para decirle que el programa Sabadazo de fin de año, en 1993, le había salvado la vida. La mujer había perdido hacía poco tiempo a su esposo y a sus dos hijos, en tanto ellos trataron de llegar a Estados Unidos en balsa. El programa le devolvió la alegría, justo en el momento en que le faltaban deseos de vivir.
Toirac mencionó también, con total soltura, a otros humoristas que hacían Sabadazo junto a él, y ahora trabajan para la televisión de Miami. De su intervención se infiere que la censura en Cuba ha disminuido respecto a la consideración de las grandes figuras que viven fuera de Cuba, aunque nunca está de más recordar el pasado, para tratar de no repetirlo.
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