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Justin Gatlin no pudo desquitarse en los 200 m, y Usain Bolt volvió a derrotarlo en el Mundial de Pekín, para alcanzar su décima medalla en estos torneos atléticos. El fenómeno jamaiquino se burló de las toneladas de tinta que se han desperdiciado tratando de predecir sus resultados en Pekín. Tras dos temporadas casi desaparecido, Usain Bolt destrozó las esperanzas de Justin Gatlin de arrebatarle el trono de la velocidad, primero en 100 m y ahora en 200. En la final de Pekín, Bolt cruzó la meta frenando, para fijar el reloj en 19,55 s, casi dos décimas de segundo por encima de Gatlin, quien pasó a los 19,74 s. La marca dorada fue además la mejor de la temporada, su cuarto título consecutivo en mundiales, y su décima presea dorada en estos torneos atléticos. Fue este también su tercer doblete dorado en 100 m y 200 m, después de haberlo logrado en 2009 y 2013, con un bache en 2011, cuando fue descalificado en el hectómetro por salir demasiado pronto. El doblete olímpico también lo logró en 2008 y en 2012.
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