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Baitiquirí es una zona semi-desértica en el sur del municipio San Antonio del Sur, en la provincia de Guantánamo. Sin embargo, la naturaleza la ha dotado de especies representativas de la flora y la fauna silvestres, con 68 de arácnidos, 57 de moluscos y 111 de aves, que la han llevado a ser considerado un sitio de relevancia para la conservación de las aves en la región.
Con la intención de incrementar la calidad de vida de sus habitantes, se desarrolla en la zona, desde el 2013, un proyecto de la Oficina Tri-nacional de Corredor Biológico del Caribe (CBC), con la participación de las repúblicas de Haití, Cuba y Dominicana. En la isla, el gubernamental Centro de Aplicaciones Tecnológicas para el Desarrollo Sostenible en Guantánamo (Catedes), del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (Citma) es la institución coordinadora.
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“Rehabilitación ambiental y mejoramiento de calidad de vida en la Reserva Ecológica Baitiquirí”, parte de que “los recursos naturales del área reciben un manejo inadecuado por parte de pobladores y actores locales como vía alternativa de subsistencia, asociado al insuficiente conocimiento sobre el manejo de recursos naturales en áreas protegidas e integración entre las estrategias de conservación y los planes de desarrollo socioeconómico”, según consta en la descripción del Proyecto.
La fragmentación de hábitat, la degradación de suelos, la emisión de gases, la proliferación de microvertederos, la caza furtiva de la fauna, el saqueo activo de nidos y pichones de aves silvestres, la pesca incontrolada y el insuficiente conocimiento sobre alternativas de vida, son las principales problemáticas a las cuales se ha pretendido enfrentar.
En respuesta a ello se establecieron como componentes fundamentales del programa: la formación de capacidades, la rehabilitación de ecosistemas degradados, el mejoramiento de indicadores socioeconómicos de los pobladores y el fomento del uso de fuentes renovables de energía.
Con relación a los lugareños, se ha querido hacer énfasis en la promoción de nuevas formas de empleo, el establecimiento de reformas en la comunidad y la formación de activistas a favor del cuidado de la zona protegida.
Entre los resultados relevantes, luego de dos años de trabajo, se encuentran entre otros: la rehabilitación de ecosistemas degradados, la plantación de especies maderables y frutales como el Psidium guajaba (guayaba) y la Moringa oleífera (moringa) en patios de escuelas primarias; la creación de empleos a partir de la plantación de 35 hectáreas del árbol del Nim, así como la creación de un círculo social que funciona con energía fotovoltaica. Del mismo modo, se han ofrecido talleres y eventos para sensibilizar a la población en la protección de las aves.
El proyecto en Baitiquirí concluirá en diciembre del 2015.
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