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«¿Qué tienes en las manos?», le dijo Korda, curioso con aquella niña de grandes ojos negros, que abrazaba con ahínco un trozo de maderito cubierto con un pedazo de papel periódico. «Es mi muñequita y se llama Nene», le respondió la beba de tan solo dos años. Así comienza el relato en el muro de Norka Korda, hija del reconocido fotógrafo cubano Alberto Korda.
La imagen que Korda congelaría para siempre fue tomada en 1959 cuando el artista conoció Paula María Seijó Loaces, la protagonista de su obra más amada. El fotógrafo realizaba por esos días un trabajo publicitario y por eso se trasladó hasta la Cordillera de los Órganos, en Pinar del Río.
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«Cuando vi a esta niña me convencí que debía consagrar mi trabajo a una revolución que transformará esas desigualdades», recordó en una ocasión el también denominado "autor de sentimientos".
Paulita, la niña fotografiada, luego de haber perdido su madre en 1960, fue criada por su hermana Aracelis, quien con solo nueve años, se ocupó de la familia.
Paula, ya convertida en una joven, trabajó como tabaquera hasta que descubrió la enfermería. En 1979, con 21, murió de leucemia.
Actualmente la foto de Paula lidera una campaña para ayudar a Camila, una adolescente que lucha contra el cáncer, a recaudar fotos para viajar a Cuba y conocer la tierra de su familia paterna. La imagen está siendo subastada desde el pasado 14 de septiembre.
Imágenes tomadas del perfil de Norka Korda en FB.
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