Pedro Luis Ferrer: cubano ciento por ciento

¿Qué cubano no ha escuchado al menos una vez hablar de la vaca pijirigua, o los ingeniosos juegos de palabra de burundanga, mondongo..., quién no ha tarareado alguna vez la cadenciosa melodía de Espuma y Arena y quién no se han sentido un poco contestatario y crítico al cantar Abuelo Paco o Cuba 100%?

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Este artículo es de hace 9 años

Las buenas obras superan a sus creadores. Un buen artista consigue que su legado trascienda su nombre, su época y sus propios sueños. En muchos sentidos, este es el caso de Pedro Luis Ferrer. Quizás para muchas de las generaciones más jóvenes de cubanos este nombre no diga mucho pero para otras, el cantautor espirituano es y será uno de los mejores exponentes de la cubanía y de cómo el talento convierte casi cualquier cosa en un buen producto estético disfrutable.

Para los más jóvenes, más habituados a otras sonoridades menos pausadas e intimistas, quizás este compositor, guitarrista y cantante no les sea muy conocido pero ¿qué cubano no ha escuchado al menos una vez hablar de la vaca pijirigua, o los ingeniosos juegos de palabra de burundanga, mondongo..., quién no ha tarareado alguna vez la cadenciosa melodía de Espuma y Arena y quién no se han sentido un poco contestatario y crítico al cantar Abuelo Paco o Cuba 100%?


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Precisamente hoy, 17 de septiembre pero hace 63 años, nació en Yaguajay (Sancti Spiritus) Pedro Luis Ferrer, en un hogar de amantes y cultivadores de la música y la poesía popular. Hijo de Rodolfo Ferrer y sobrino de Raúl Ferrer, Pedro Luis puede definirse más por ser autodidacta que por una sistemática formación. Cursó los primeros años de sus estudios primarios en su ciudad natal, hasta que se traslada a la La Habana donde termina el sexto grado. Pese a haber intentado en varias ocasiones terminar el primer año de la secundaria básica, lo cierto es que puede decirse que apenas iba a la escuela.

Sus primeras incursiones en lo que luego se convertiría su carrera profesional, tuvieron lugar en la década de los 60 del pasado siglo, cuando se unió al cuarteto Los Nova. Esto le permite conocer al actual director del grupo Síntesis (Carlos Alfonso) y comenzar a familiarizarse con el trabajo de las voces.

A finales del año 1969 forma parte del grupo de rock Los Dada, fundadores del movimiento de La Nueva Trova, gracias a su fusión de la trova con otras sonoridades como el rock. Por esa época se nutre de la experiencia de Leopoldina Núñez y de Victor Zayas, quien lo introduce al arte de la orquestación.

Pero no es hasta la década de los 70 que comienza su verdadera carrera como trovador profesional con la grabación de su primer LP “Pedro Luis Ferrer”. La versión musicalizada del poema de su tío Raúl Ferrer “Romance de la Niña Mala” devino sello de identidad y se convirtió en uno de sus temas más conocidos. “Mariposa”, incluido en este primer trabajo discográfico e interpretado por la gran Miriam Ramos también se hizo uno de las canciones más tarareadas y solicitadas por su seguidores.

Pedro Luis, que por esta época tiene sus primeras presentaciones en Europa, afianza su dominio en la guitarra, continúa su formación autodidacta e interpreta obras de Harold Gramatches, Leo Brouwer, Isaac Albéniz, Carlos Fariña, Edgardo Martín, entre otros.

Dos nuevos LP “Debajo de mi voz” y “Espuma y Arena” ven la luz en esta década. En ellos comienza a cultivar otros géneros, como la guaracha, y hacer gala de la picardía, frescura, alegría y creatividad de sus letras. “Inseminación artificial”, "Cómo me gusta 'hablal' español, entre otros, se ganaron la acogida del público y pasaron a formar parte de la historia de la música cubana.

Llegados los 90 Pedro Luis desaparece un poco de los escenarios. Sus letras, seguramente motivadas por las circunstancias económico-sociales de crisis que vivía el país por esa época, se volvieron ácidas y críticas, por momentos más directas, por momentos más alusivas. El público del momento, receptivo y ávido de composiciones vitales, comienza a escucharlo en reuniones de amigos, en la intimidad de los hogares y en no pocas ocasiones, a un volumen más bajo de lo habitual.

Surgen en este período canciones como “Abuelo Paco”, “Marucha la Jinetera”, “Amigo Palero”, “La Habana está poblada de consignas”, “Ciento por ciento cubano” y otras tantas que se hicieron himnos de una generación y una época.

A finales de los 90 actúa en varias ocasiones en escenarios de los Estados Unidos. Publica, igualmente por estas fechas “Ciento por ciento cubano”, su primer disco en el exterior.

En 1998 se presenta junto a su hija Lena Ferrer en escenarios de Alemania y Suiza, y firma un contrato de exclusividad editorial y discográfica con la compañía Harbour Bridge.

A comienzos del 99 regresa a Estados Unidos para promocionar su nuevo disco “Pedro Luis Ferrer” con la compañía Caliente Records. En agosto de de mismo año, tras más de una década ausente de los grandes escenarios cubanos Pedro Luis ofrece dos conciertos en la sala Avellaneda del Teatro Nacional de la Habana.

En 2005 publica sus CD "Rústico” y en 2006 "Natural", ambos del sello ESCONDIDA de Ultra records, con temas de su propio archivo personal, grabados y masterizados por él en su estudio de La Habana.

Controversial, humano y auténtico son algunos de los apelativos que definirían a este gran artista cubano que hoy celebra su cumpleaños 63. Autodidacta y virtuoso en la guitarra; prolijo, ingenioso y creativo en las letras; coherente en sus pensamientos y en su accionar; Pedro Luis Ferrer es, sin dudas, un poeta nato y un genuino artista que ha sabido durante décadas ganarse la admiración y el respeto de un público, que más allá de las polémicas que pudieran tejerse en torno a su figura, reconoce en él el talento y la singularidad de uno de los más grandes cantautores cubanos.

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Marlén González

(La Habana, 1978) Lic. en Filología hispánica y Máster en Lexicografía. Ha sido profesora en la Universidad de La Habana e investigadora en la Universidad de Santiago de Compostela.


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Marlén González

(La Habana, 1978) Lic. en Filología hispánica y Máster en Lexicografía. Ha sido profesora en la Universidad de La Habana e investigadora en la Universidad de Santiago de Compostela.