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A finales del próximo mes de octubre se producirá en la Asamblea Nacional de las Naciones Unidas una nueva votación sobre la resolución cubana contra el bloqueo impuesto por los Estados Unidos. Desde hace 23 años, Cuba presenta su denuncia contra el bloqueo y petición de su cese pero en esta ocasión, según han informado algunas agencias noticiosas, el gobierno norteamericano estaría contemplando abstenerse y aceptar, consecuentemente, la condena por parte de la ONU al embargo comercial del país contra el régimen de Cuba.
Aunque los funcionarios que han dado a conocer la información prefieren mantener su identidad en el anonimato y aclaran que es esta una decisión aún no tomada, todos los medios que se han hecho eco de la noticia coinciden en recalcar lo que esta abstención supondría, en tanto hecho sin precedentes. El solo hecho de contemplar una abstención mostraría una postura de Washington contraria a su propio Congreso que, hasta el momento se manifiesta contrario a levantar el embargo impuesto a Cuba durante más de cinco décadas.
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Pese a que desde el pasado 17 de diciembre los presidentes cubano y norteamericano anunciaron sus intenciones de normalizar las relaciones, y pese a todas las medidas de acercamiento y buen entendimiento que han tenido lugar, incluidas la reapertura de las embajadas y el aumento de facilidades comerciales con Cuba por parte de Estados Unidos, el embargo impuesto desde hace 54 años a Cuba aún se mantiene vigente, pues el Congreso norteamericano rechaza firmemente derogarlo, al considerar que así pueden oponerse de la manera legalmente permitida a la postura de la administración de Obama de acercamiento a Cuba, sus ciudadanos y su gobierno.
Sin dudas, el no voto en contra de la resolución cubana será un nuevo indicio del cambio de postura de la administración Obama con respecto a las precedentes y un claro mensaje con respecto a los que se oponen a su política de acercamiento hacia la Isla vecina.
(Imagen tomada de Internet)
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