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El Papa Francisco oró este lunes por la reconciliación de todos los cubanos, ante la imagen de la Virgen de la Caridad en poblado de El Cobre, Santiago de Cuba.
“Haz de la nación cubana un hogar de hermanos y hermanas para que este pueblo abra de par en par su mente, su corazón y su vida a Cristo” fue la petición del máximo líder de la Santa Sede en la etapa final de su visita a la isla.
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Frente al altar de la Virgen, Su Santidad Francisco besó el pie de la imagen y le hizo una ofrenda: un florero de plata con flores también de plata desde el tallo y pétalos de cerámica.
El pontífice rezó luego, primero de pie y después sentado en un sillón, dos oraciones: la de San Juan Pablo II al coronar la imagen de la Virgen de la Caridad y la oración del Plan Pastoral.
Al rezo no asistieron sus fieles, aunque numerosas personas lo aguardaron bajo la lluvia en la colina sobre la cual se levanta el templo más venerado de Cuba.
A pesar de ser un acto más íntimo, a la oración de Francisco asistieron doce obispos cubanos, el cardenal Jaime Ortega, máxima autoridad católica en la isla, y el secretario de Estado del Vaticano, Pietro Parolin.
En dos ocasiones anteriores, la Virgen de El Cobre ha sido objeto de veneración por el líder del Vaticano. En 1916, el Papa Benedicto XV, vista la creciente devoción de los cubanos por la virgencita, decidió proclamarla Patrona de Cuba.
El 30 de diciembre de 1977 el Papa Pablo VI otorgó al santuario del Cobre el título de Basílica Menor; durante su viaje a Cuba en 1998, el Papa Juan Pablo II coronó a la estatua de la Virgen con el Niño y la ceremonia incluyó el canto del Himno Nacional cubano.
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