Cuando se junta el increíble talento de la renombrada fotógrafa Annie Leibovitz y la monumental figura de Rihanna, no puede quedar otra cosa que una exquisita obra de arte.
Si a esa mezcla explosiva le sumamos la sensualidad, la nostalgia y el estilo vintage que transpiran las calles de La Habana Vieja, el resultado es un algoritmo perfecto de belleza artística y estética.
Y es que la revista estadounidense Vanity Fair ha decidido dedicar su portada de noviembre a la famosa cantante de Barbados, e incluye una mágica sesión de fotos en los más disímiles recovecos de la capital cubana, a través del lente creativo de Leibovitz.
La directora de Moda y Estilo de la reconocida publicación, Jessica Diehl, explica en el número que la decisión de viajar a Cuba fue tomada pocas semanas después de que el gobierno norteamericano aliviara las restricciones de viaje a la isla.
"Todo ocurrió al mismo tiempo. En el momento en que se decidió que Rihanna sería nuestra portada, las restricciones de viaje fueron levantadas, así que nos fuimos inmediatamente. Era una especie de obviedad", expresó Diehl.
Las fotos de Annie Leibovitz utilizaron como escenario el bar La Rosa, junto a un auto Lincoln Continental Mark II que, según la revista, perteneció a la primera dama Marta Fernández de Batista.
Rihanna también posó en el interior de una casa del Vedado; desnuda en una cama; en la calle, rodeada de admiradores cubanos, y en la escalera del restaurante La Guarida, en Centro Habana, junto a la cola de un Chevrolet Impala de 1959 y una frase de Fidel Castro con la bandera cubana.
"Es una combinación", afirma Diehl. "Tienes a Rihanna, entonces tienes a Cuba y entonces tienes a Annie que ama a Cuba y ha fotografiado un montón de cosas allí".
La tirada incluye además una entrevista en la que la popular cantante habla sobre las diferencias entre su reputación y su vida real a la periodista Lisa Robinson.
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