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Los días 8 y 9 de octubre, la agrupación Danza Contemporánea de Cuba, presenta en el Auditorio Nacional de México su versión de la obra Carmina Burana, ganadora en ese país del Premio Luna, en 2009, y que acaba de recibir la aclamación del público en la primera de sus dos funciones en el Auditorio Nacional, con capacidad para 12 mil espectadores.
La comunión entre los planos físico y espiritual parece ineludible en una pieza como Carmina Burana, oda a la vida humana, como asegura su coreógrafo Georges Céspedes, quien también ha declarado que se dejó atraer por el plano intelectual, y todo en la puesta parte de imágenes que conectan lo emocional y lo físico, con el cuerpo como instrumento final.
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El joven coreógrafo George Céspedes también ha explicado que concibió esta puesta en el registro del espectáculo colosal, al que no le falta nada, pues contiene solos, dúos, tríos, a los cuales se une un coro de 100 voces, 35 niños cantores y 3 cantantes de tesituras específicas: un barítono, una soprano y un contratenor.
Esta puesta involucra un telón de fondo de pantallas LED y una más pequeña circular en el centro, donde proyectan un video de contenidos diversos, desde el origen del universo y parte del acontecer actual en una calle cualquiera hasta la posible destrucción de todo lo que conocemos.
Según la prensa local, entre otros el periódico El Universal, una vez más, la compañía derrochó virtuosismo y demostró el prestigio de una compañía de 57 años de fundada, capaz de equilibrar juventud y madurez, y de diseñar el espacio de manera que se influya en la dinámica de la puesta, y apoye el énfasis emocional.
Carmina Burana remoza el prestigio de una compañía distinguida por un sello propio, mezcla de técnica afilada y carácter, con una mirada provocativa y convincente. En la función del Auditorio contaron con la intervención del famoso bailarín Rasta Thomas, que deleitó al público por más de una hora con su destreza, precisión y fuerza.
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