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La primera Doctora con el Grado Científico de Ciencias Médicas Quirúrgica en la provincia de Cienfuegos y única monja de Latinoamérica con tal categoría, Lidia Torres Ajá recibió oficialmente el título en el Hospital cienfueguero "Doctor Gustavo Aldereguía Lima".
“Municipalización de la Mastología, una vía para la atención integral al paciente con cáncer de mama” fue la tesis doctoral discutida en La Habana, y presentada en la Universidad de Ciencias Médicas de Camagüey, cuya experiencia se extiende al resto del país, por los resultados satisfactorios, en aras de la vida.
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Esta tesis demuestra la excelencia del método clínico en la detección del cáncer de mama en etapas tempranas. Una modalidad nueva de asistencia, con logros comprobados durante once años en la provincia.
Torres Ajá, Especialista de Segundo Grado en Cirugía dirige el Grupo Provincial de Mastología, del Programa Nacional de detección de la enfermedad, con estrategia única en el territorio, donde un elevado por ciento de los operados de cáncer de mama están reintegrados a la sociedad gracias a la formación de especialistas en medicina general integral, a los facilitadores y a la captación en etapas tempranas.
Afirma la doctora que “si sabemos formar y guiar a los médicos generales integrales tendremos grandes éxitos. A la vez logramos revitalizar la importancia del facilitador de la atención primaria de salud y demostramos que sí se puede obtener un diagnóstico temprano, una sobrevida buena y la reintegración social plena, sin muchos equipos”.
Explica que “Cienfuegos alcanza una alta detección del cáncer de mama en etapas clínicas temprana basado en la educación de los elementos humanos. Sin el uso de técnicas sofisticadas demostramos: Que el Médico General Integral es el primer eslabón del Sistema de Salud cubano”.
La doctora expresa que el título “lo dedico a Dios y a la Santísima Virgen, quienes me guiaron para que yo dedicara el servicio a mis hermanos; a mis padres y a la tía Herminia por formarme hacia el amor a los demás”.
Ajá, Master en Educación Médica y Atención Integral a la Mujer enfatiza que “lo recibo en nombre de la Iglesia, de quien soy hija, de la congregación a la que pertenezco, de la provincia, del hospital y de los alumnos, con un agradecimiento para todos los que me ayudaron con las oraciones, la presencia y los trabajos”.
“Para todos los cienfuegueros y cubanos es el trabajo, porque ha permitido captar el cáncer de mama en etapas más tempranas, lograr una mayor reintegración social y supervivencia de las pacientes operadas” afirma con gran felicidad y con el rostro lleno de lágrimas.
Ajá es una mujer de mediana estatura, dulce, sencilla y de caminar siempre como si estuviera apurada. En ocasiones usa la bata de médico y otras el vestuario de hábito, que la identifica como la Hermana Lidia María de Jesús, de la congregación Hijas Mínimas de María Inmaculada.
Es una trabajadora más en el hospital cienfueguero, donde los pacientes la buscan y le agradecen el servicio, y en la vivienda particular tiene los hábitos religiosos. Renunció a casarse y a tener hijos, aunque le encantan los niños.
Ostenta la condición de Miembro de Honor de la Sociedad Cubana de Cirugía y las medallas de la Alfabetización; la 23 de Agosto, entregada por Vilma Espín; Educación Cubana, José Tey, Pitty Fajardo, 40 años de las FAR, 35 años de los Órganos del Poder Popular, 25 años de la Facultad de Ciencias Médicas de Cienfuegos y 80 años de la Sociedad Cubana de Cirugía, entre otros reconocimientos, como el premio Enrique Barnet In Memoriam.
“Ver a una paciente recuperarse es la plenitud de mi vocación como monja y médico, un mismo camino para lograr bienestar, amor, y cariño, sin diferencias, por el bien del pueblo” subraya la Investigadora Auxiliar.
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