De los nueve largometrajes que competirán en el Festival, cinco van en busca de los principales premios Coral, y otros cuatro se miden en el concurso de óperas primas, y de aquella novena, hay cuatro que produce el Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC) y otros cuatro que responden a la reciente emergencia de pequeñas productoras independientes.
En busca de los premios Coral, concursa el quinteto integrado por Cuba libre (Jorge Luis Sánchez), Vuelos prohibidos (Rigoberto López), La cosa humana (Gerardo Chijona), La obra del siglo (Carlos M. Quintela) y El acompañante (Pavel Giroud), de las cuales las tres primeras llevan producción del sello ICAIC.
En pos del galardón de ópera prima hay una sola producción del ICAIC (Bailando con Margot, de Arturo Santana) y otras tres aportadas por los independientes: Espejuelos oscuros (Jessica Rodríguez), Caballos (Fabián Suárez) y Café amargo (Rigoberto Jiménez) realizada con la Televisión Serrana.
Entre los actores más destacados y prestigiosos, de las nueve películas cubanas, vale destacar los desempeños de Isabel Santos y Manuel Porto en Cuba libre; Vladimir Cruz, Carlos Enrique Almirante y Héctor Medina en la comedia La cosa humana; Mario Balmaseda y Mario Guerra en La obra del siglo, mientras que Yotuel Romero y Armando Miguel Gómez constituyen la pareja protagónica de El acompañante.
En las óperas primas abundan también los consagrados que revalidan lauros: Mirtha Ibarra en Bailando con Margot; Laura de la Uz y Luis Alberto García se enfrentan cada uno a varios personajes en Espejuelos oscuros; mientras que en Caballos la máxima atracción proviene de la actuación de los jóvenes Carlos Alejandro Halley y Milton García (en la foto).
Nunca en la historia del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano ha habido tantas películas cubanas concursando en el Festival, ni se movieron en un espectro genérico y temático tan amplio. En el conjunto, destaca el interés por el pasado, pues Cuba libre se ambienta a finales del siglo XIX; Bailando con Margot en varios momentos de la primera mitad del siglo XX; y también ocurren en el pretérito, más o menos recientes, La obra del siglo, Espejuelos oscuros y El acompañante.
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