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En febrero del año 2014 el Museo Nacional de Bellas Artes sufrió el mayor robo del que se tiene noticias en la Isla. La mayor parte de las piezas sustraídas se correspondían con exponentes del arte cubano, en especial, obras de Leopoldo Romañach, diez de las cuales fueron mutiladas al no poder ser sacadas a tiempo de sus bastidores.
La fecha exacta en que se produjo la sustracción de las piezas no pudo determinarse, por no existir signos en el local de haber forzado. Solo cuando el galerista Ramón Cernuda de Miami adquirió la obra de Eduardo Abela “Carnaval infantil” y vio que aparecía en un libro publicado en Sevilla como una pieza de la colección de Bellas Artes, contactó al museo y los puso sobre alerta del robo y la ausencia de la decenas de piezas, que se encontraban en el almacén del antiguo edificio del Departamento Técnico de Investigaciones (DTI).
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Más de un año después de los sucesos, el autor del hurto ha sido detenido en Grecia, según informaciones de la agencia Reuters.
Un cubano de 36 años, considerado el principal sospecho del robo de más de setenta obras y sobre el cual pesaba una orden de captura internacional emitida por autoridades cubanas, fue arrestado en el distrito de Koropi al este de Atenas, donde se hallaba probablemente en búsqueda de compradores, según indicó una fuente policial anónima.
El próximo jueves el caco, considerado autor intelectual de un robo valorado en más de un millón de dólares, deberá presentarse ante el fiscal en Atenas antes de ser extraditado.
(Imagen del cuadro de Eduardo Abela "Carnaval infatil" sustraído)
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