El Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INRH) reconoce que la isla vive la sequía más fuerte de los últimos 115 años, que afecta a 258 fuentes de abastecimiento de agua en todo el país.
Los embalses de agua potable con destino a la población se encuentran al 58 % de su capacidad total. Más de un millón de personas se han visto afectadas por la actual situación.
Considerada entre "severa y extrema", el impacto de la sequía ha conducido a que el 70% de territorio nacional esté en estado precario en cuanto al preciado líquido, motivado por la escasez de lluvias.
Argelio Fernández, especialista principal de Servicios Hidrológicos del INRH, explica que en noviembre se registraron 99,7 milímetros de lluvia, lo cual sobrepasa el promedio histórico para ese mes. Las regiones más beneficiadas fueron el occidente y centro del país.
El oriente sufre una marcada sequía que proviene de la época de lluvias. La causa radica en las escasas precipitaciones en el período húmedo, que comprende los meses de enero a octubre. 308 millones de metros cúbicos de agua menos, en sus 11 embalses, es el resultado de la temporada. Se acumula entonces solo el 29 por ciento de la capacidad total de las presas de Santiago de Cuba. Otro hecho alarmante es que por primera vez la presa Parada, que abastece a la capital provincial, llegó a “volumen muerto”, lo que afecta a más de 32 mil habitantes y 26 industrias.
El impacto de la sequía ha llegado también a la producción agrícola. La cosecha de arroz se ha visto disminuida en unas 87.000 toneladas en el plan de este año, según anunció Lázaro Díaz, director general del Grupo Agroindustrial de Granos del Minag.
Foto: Joan Sorolla
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