10 deseos para el 2016 en Cuba

Sin dudas, la lista podría agrandarse. Solo esperamos que, cuando finalice el 2016 y hagamos balance de metas y sueños cumplidos, algunos de estos 10 deseos no tengan que aparecer nuevamente en el 2017.

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Este artículo es de hace 9 años

El venidero 31 de diciembre junto con las uvas de algunos lugares del mundo, los turrones de otros, el traguito de algunos, los ritos para atraer la buena suerte, los balances y los abrazos; muchos internamente o en voz alta harán su particular lista de deseos, própósitos y metas para el año nuevo.

Los cubanos, vivamos en nuestra tierra de nacimiento o en las muchas de acogida, todos los inicios de año tenemos además de los deseos personales y familiares los deseos de bonanza, mejoría y progreso para la Isla, dentro de los que seguramente estarán algunos de los siguientes:


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1- Que las personas puedan vivir digna y decentemente con sus salarios:

Que no sean necesarios ni resolver ni conseguir las cosas, que tampoco sea imperiosa la ayuda del familiar emigrado para poder comprar algo o pagar los servicios. Que baste con ser un trabajador responsable y desempeñar el rol que le corresponda para poder comprar la comida, las cosas de casa, las de los hijos y poder también dedicar una parte al ocio y al divertimento.

2- Que el pensamiento divergente no divida a los cubanos:

Habituados desde pequeños a clasificar a los cubanos en contra o revolucionarios, gusanos o comunistas, los cubanos nos hemos convertido en sujetos incapaces de aceptar la diferencia e incapaces de convivir con ella. Aunque muchos repelan y rechacen actos de repudio contra la oposición y aunque muchos enarbolen discursos de inclusión y tolerancia basta con alabar algo de Cuba para ser tildado de comunista o basta con criticarlo para serlo de reaccionario. Ni son sanas las reducciones o etiquetas ni lo es rechazar el libre ejercicio a escoger qué y cómo se piensa.

3- Que el acceso a la información no sea un lujo:

No basta con lo que se ha avanzado en la habilitación de redes públicas wifi. Los precios siguen estando alejados del bolsillo del cubano que vive de su salario y hasta que del que recibe una tímida remesa familiar. Las condiciones, tampoco, favorecen que el acceso a la información sea un acto pensado, en calma, privado y consciente. Todo esto hace que el acceso a Internet en las calles se reserve casi para las relaciones personales y de socialización, pero no para un consumo tranquilo de información o lectura de noticias o contenidos varios disponibles en la red.

4- Que las personas puedan expresarse libremente:

Que puedan decir lo que piensan sin temor a represalias ni reprimendas. Que puedan ejercer su derecho al libre uso de la palabra, que puedan expresar pensamientos coherentes o ideas disparatadas e insulsas. Que no sean tan necesarios los doble sentidos, los juegos de palabra, las conversaciones en voz baja, ni tan frecuentes los actos de represión a posturas y pensamientos no aceptados oficialmente

5- Que los precios se correspondan con los estándares de vida:

La situación mantenida de precios tan tremendamente altos debe cambiar para que pueda hablar de mejoría en la vida de los cubanos. Mientras haya que elegir entre calzarse o comer, mientras adquirir alguno de los productos vendidos en CUC, y muchos de los equivalentes en moneda nacional, suponga un desajuste violento de las economías domésticas; las personas no sentirán el valor de sus ingresos salariales ni valorarán, en consecuencia, el peso y trascendencia de las tareas que llevan a cabo para obtenerlos.

6- Que se erradique la dualidad monetaria:

La unificación monetaria será algo con consecuencias beneficiosas no solo para la economía del país, sino para el día a día de los cubanos que perciben sus salarios fundamentalmente en moneda nacional pero deben pagar los insumos, enseres, productos para el hogar y muchos servicios en CUC.

7- Que estar de vacaciones sea algo más que dejar de trabajar:

Que los trabajadores cubanos puedan vacacionar y pemitirse los días de ocio y relajación que merecen. Que no sean solo los que disponen de divisas o los que tienen negocios privados lo que pueden irse unos días a la playa o hacer viajes y paseos.

8- Que mejore el transporte público:

Que trasladarse de un sitio a otro no consuma más tiempo que lo que se vaya a hacer. Que dejemos de ser expertos en hacer colas y controlarlos y que las horas que perdemos esperando una guagua podamos dedicarlo a tiempo con la familia

9- Que mejore la programación televisiva y se diversifiquen las ofertas de ocio:

Si El Paquete se ha convertido en un fenómeno social con tanta trascendencia, no es solo por la valía de quienes lo han emprendido sino una clara evidencia de lo poco atractiva que la programación cubana resulta para los televidentes. Aunque no sobran los recursos sí son más que suficientes la creatividad y talento de los profesionales del audiovisual en Cuba como para poder hacer buenas e interesantes propuestas.

10- Que la emigración no tenga tanto peso ni sea tan numerosa:

La emigración es un fenómeno casi tan antiguo como la especie humana, pero que una sociedad se resienta tanto por el éxodo de ciudadanos, que se desbalance tanto por la fuga de sus profesionales es algo que mina la estabilidad de cualquier país. Cuba, como país, se resiente por la salida masiva de muchos de sus ciudadanos, y la familia cubana sufre y se resiente por la ausencia del hogar de algunos de sus hijos, hermanos, padres, tíos.

Sin dudas, la lista podría agrandarse. Solo esperamos que cuando finalice el 2016 y hagamos balance de metas y sueños cumplidos algunos de estos 10 deseos no tengan que aparecer nuevamente en el 2017.

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Marlén González

(La Habana, 1978) Lic. en Filología hispánica y Máster en Lexicografía. Ha sido profesora en la Universidad de La Habana e investigadora en la Universidad de Santiago de Compostela.


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Marlén González

(La Habana, 1978) Lic. en Filología hispánica y Máster en Lexicografía. Ha sido profesora en la Universidad de La Habana e investigadora en la Universidad de Santiago de Compostela.