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El trayecto final hacia los Estados Unidos del primer grupo de 180 cubanos -de los 8 mil varados en Costa Rica- ha levantado críticas en México, al ser considerado por algunos como injusto para el resto de los inmigrantes latinoamericanos.
En declaraciones a la agencia AP, el padre Flor María Rigoni, responsable del albergue Belén de la población fronteriza de Tapachula, denunció "toda la polvareda" que levantó el caso de los cubanos, unos "migrantes privilegiados" con quienes se ha hecho "política" en detrimento de los miles de migrantes centroamericanos que cruzan México en condiciones mucho más preocupantes.
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El religioso argumentó que el resto de los inmigrantes se juegan la vida durante el trayecto y al ser deportados. A los latinoamericanos que aspiran llegar a los EE.UU “autoridad les asiste o protege”.
"Yo recibo todos los días gente con balazos en el cuerpo, migrantes que huyen de la violencia en Centroamérica y cargan el ataúd a sus espaldas y a los que nadie tiene en cuenta", añadió sobre lo que calificó como “doble rasero” de los países involucrados en el éxodo de los cubanos.
Rigoni dijo además que ofreció un espacio de alojamiento para 40 personas a uno de los integrantes del grupo de cubanos, sin embargo, ninguno aceptó quedarse, desconoce el por qué.
Mientras tanto, la Organización Internacional de Migraciones, la Cruz Roja y la Comisión Nacional de Derechos Humanos continuarán acompañando y asesorando a los cubanos a su llegada a México.
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