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Próximo a cumplir ochenta años, el británico Ian McKellen disfruta el éxito por sus desempeños cinematográficos solo a partir de la cincuentena, pero los triunfos han sido tan arrasadores que el actor provoca la aclamación donde quiera que llega en cualquier país del mundo, incluida Cuba.
Famoso en el mundo entero solo a partir de su desempeño en Dioses y monstruos (1998) en el papel del director de cine de terror James Whale (el autor de Frankenstein en 1931) McKellen se adaptó a su nuevo estatus de actor popularísimo, como lo demostró recientemente en su visita a la Escuela Internacional de Cine y TV (EICTV), de San Antonio de los Baños, cuando su llegada causó prácticamente la breve parálisis del programa académico, con la ansiedad de todos por retratarse junto a la celebridad.
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Según la página web oficial de la EICTV, www.eictv.org, hubo también, entre fotos y ceremonias de recibimiento, “una rápida visita a una de las sesiones del taller Trabajando con actores: Técnicas Meisner/Mamet para directores y actores, que imparte del 8 al 26 de febrero el productor y director también británico Stephen Bayly, quien trabajó en 1995 (como productor) con MacKellen en la cinta Ricardo III. Allí presenció un ejercicio de improvisación del método, y ofreció sus valoraciones”.
Una de las fotos típicas tomadas en la visita es la que acompaña a este texto, y eterniza al actor junto a los funcionarios, profesores y alumnos de la EICTV, en la puerta delantera de la institución, en compañía de Dena Hammerstein, productora de Broadway. Porque precisamente en los escenarios británicos y norteamericanos ha transcurrido la mayor parte de la carrera de un actor cuyos más célebres desempeños están en Hamlet, Amadeus (hizo, por supuesto, de Salieri), Macbeth, Ricardo III y Tío Vania, algunas de las cuales han sido versionadas en el cine para inmenso placer de sus muchos admiradores.
En cine, la aludida Dioses y monstruos llegó después de algunos desempeños importantes del actor como elo del personaje de D. H. Lawrence en Priest fo Love (1980) y el zar en Razputín (1996). Su popularidad alcanzó el máximo cuando hizo el malvado Magneto en la saga de los X Men que comenzó en 2000, y el mago Gandalf en la trilogía de El señor de los anillos, de Peter Jackson, que cubrió de 2001 a 2003, y lo convirtió en un icono mundial del cine de aventuras fantástico. Recientemente el actor encarnó a Sherlock Holmes en la también vista en Cuba Mr. Holmes (2015).
Pero si bien es perfectamente conocida la vida pública y profesional de Ian McKellen, el actor se ha dedicado con firme discreción a la defensa de los derechos de los homosexuales. Los medios publicitaron tal vez demasiado gestos como su insistencia en asistir a la ceremonia del Oscar acompañado por su pareja masculina. Ian McKellen cuenta con el respeto y la admiración de los cubanos.
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