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Días después de anunciar su retiro como mánager, el expelotero cubano Víctor Mesa criticó los métodos de trabajo de Heriberto Suárez, director Nacional de Béisbol, y aseguró que temía por su seguridad.
El estelar expelotero aseguró que “No hay garantía alguna para mi integridad física, ni la de mi familia”, refiriéndose a los “muchos ataques de que he sido objeto en estos años” por parte de los aficionados.
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En charla con Cubadebate, Víctor utilizó estas razones para argumentar su decisión anunciada hace unos días de retirarse del béisbol cubano como mánager.
Según una nota divulgada este jueves por la Dirección Provincial de Deportes de Pinar del Río, durante la subserie entre Vegueros y Cocodrilos un aficionado agredió verbalmente a Víctor Mesa, quien respondió agrediendo físicamente a dos estudiantes que pasaban en ese momento por el lugar y que nada tenían que ver con lo sucedido.
Los familiares de los estudiantes denunciaron a la policía la agresión del director matancero, a quien se le aplicó una medida administrativa, aunque la nota no aclaró en qué consistía la medida.
Víctor anunció inmediatamente su retiro como manager del béisbol cubano.
Según dijo, durante años ha sido objeto de agresiones por parte de los aficionados. “Las ofensas llueven, las obscenidades son normales, y los encargados de evitar esos procederes se cruzan de brazos ante tales hechos”.
A propósito, recordó una ocasión en que fue agredido con un arma blanca por un aficionado en Holguín. También se refirió a otra “situación muy lamentable” en Villa Clara con la prensa matancera donde los periodistas “salieron mal parados”.
En cuanto al incidente en Pinar, dijo que “un muchacho me insultó con lo peor que se le puede insultar a un hombre” y que “mi hijo fue atacado por un individuo a la hora de subir a la guagua del equipo”, cosa que desmintió en su nota la Dirección del Béisbol en Pinar.
“Hay cosas”, dijo Víctor, “que son inaceptables, y antes de tener un problema con consecuencias graves –puesto que uno es capaz de hacer cualquier cosa cuando le agreden a un hijo o le ofenden a la madre–, es mejor tomar esta decisión”, de cesar en sus funciones como manager. “No hay garantía alguna para mi integridad física, ni la de mi familia. Esa es una de las causas por las que quiero recesar”.
Famoso por su carácter agresivo, su mala forma en el intercambio con los periodistas, los malos tratos hacia sus discípulos en los equipos en que ha sido director, según hemos podido ver durante las trasmisiones televisivas, lo mismo en Matanzas, que en Villa Clara, que en el Cuba, cosas que no tienen justificación, lo cierto que Víctor padece lo mismo que el resto de los peloteros y directores cubanos, quienes son víctimas constantes de la falta de respeto y las agresiones verbales de los aficionados en los estadios y fuera de ellos.
La otra razón de peso expresada por Víctor para su renuncia es su “total desacuerdo con los métodos de trabajo del Director Nacional de Béisbol”, Heriberto Suárez, “quien no busca sostener una relación diáfana con los managers ni aglutinar a la gente en torno a él”.
“Hablo de circunstancias que evidentemente no son bien intencionadas. Por ejemplo, mi esposa y yo somos dos de los tres militantes más antiguos del Núcleo del Partido del Latino –llevamos allí veinte años–, y ahora resulta que se nos quiere trasladar sin ton ni son al Núcleo de Matanzas”.
Aunque esta anécdota de su Núcleo del Partido no ilustra con claridad la acusación de Víctor, sí pudiera estar ejemplificando decisiones y directivas de la Dirección Nacional del Béisbol de naturaleza extradeportiva o no que afectan innecesariamente las rutinas de vida de los peloteros y técnicos en Cuba.
“Hay demasiados manejos por medio, y no me gusta estar en lugares donde no impera la unidad”, concluyó el todavía manager matancero, quien piensa que “aún me faltan conversaciones por sostener, voces que escuchar, pero yo preferiría alejarme en las actuales condiciones, en aras de mi tranquilidad, mi salud y mi futuro”.
“Más vale una retirada a tiempo, que tener un problema delicado habida cuenta de que se carece de respaldo para hacer el trabajo”, concluyó.
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