El autor de Yesterday y solista de los Beatles realizó una visita relámpago a Santiago de Cuba, en enero de 2000, y se interesó por la música tradicional de la isla. El músico llegó a Santiago de Cuba en su avión privado, en compañía de sus hijos, recorrió el parque Céspedes, la calle Heredia y la Casa de la Trova Pepe Sánchez, donde estuvo escuchando, durante casi una hora, sones, boleros y guarachas, y compartió con José Aquiles y René Urquijo, veteranos representantes de la música tradicional cubana.
Más tarde, McCarney almorzó en el restaurante El Morro, un lugar donde se conservaron a la vista del público el mobiliario, platos y cubiertos utilizados por la familia McCartney, y visitaron el Castillo San Pedro de la Roca. Nadie anunció su llegada, y no quedó una sola imagen gráfica para la historia. Muy pocas personas pudieron verlo personalmente. McCartney visitó también el antiguo Cuartel Moncada, y el Arbol de la Paz, donde en 1899 España firmó su capitulación ante Estados Unidos.
Antes de irse de Cuba, se cuenta que McCarney compró discos de Benny Moré y Eliades Ochoa, y sus hijos completaron la colección con compactos de los Van Van, la orquesta Aragón, Adalberto Alvarez y su Son, y NG la banda.
Parecía que Mick Jagger, el emblemático vocalista de los Rolling Stones, iba a hacer lo mismo que McCartney: pasar por Cuba sin demasiadas intenciones de trascender. En octubre de 2015 recorrió sitios históricos y visitó el hotel Santa Isabel, en el Centro Histórico de La Habana, y luego remarcó su presencia en sitios del circuito nocturno habanero como el club ShangriLa, en el municipio Playa. También se retrató en la Fábrica de Arte Cubano con Equis Alfonso (en la foto).
Ya se murmuraba que el músico británico había desembarcado en La Habana en un viaje privado, pero los motivos de su visita se relacionaban con un concierto que querían ofrecer en Cuba los Rolling Stones, como parte de su gira por América Latina. Luego, se reveló que el bajista actual del grupo, Darryl Jones, influyó mucho en el interés de la banda por presentarse en los escenarios cubanos, porque Jones había actuado en La Habana con la banda The Dead Daisies compuesta por monstruos del rock and roll, y en esa ocasión, él aseguró que convencería a Mick Jagger para que los Rolling Stones tocaran por primera vez en Cuba. Y parece que así será.
Tanto los Beatles como los Rolling Stones fueron denostados por la política oficial cubana de los años sesenta en tanto símbolos de la ideología imperialista, la decadencia ética occidental (visible en el hipismo, las drogas y el rock) y agentes del llamado diversionismo ideológico o penetración malintencionada en los valores del socialismo. Decenas de jóvenes fueron sancionados por escuchar la música de cualquiera de ambas agrupaciones, aunque los Beatles fueron “asimilados” en los medios cubanos con mucha mayor facilidad que los Rolling Stones, cuya imagen resultaba, al parecer, más subversiva para los ideólogos de entonces.
El concierto de los Rolling Stones en Cuba pudiera reunir, mediante la música, a dos o tres generaciones de cubanos: a quienes les negaron la posibilidad de disfrutar a sus ídolos en la época de mayor efervescencia: los años de Satisfaction y Heart of Stone; están luego los hijos de la primera generación, los jóvenes de los años setenta y ochenta, a quienes los atiborraron de ABBA y Boney M, porque los Stones resultaban todavía demasiado subversivos con temas como Miss You, y Mixed Emotions. Por último, están los jóvenes de ahora, que a pesar del reguetón y la música tecno, todavía pueden disfrutar Streets of Love o Rough Justice.
(Imagen tomada de stonespleasedontstop.blogspot.com)
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