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En un brote de fiebre amarilla que comenzó desde hace dos meses en la República de Angola se han reportado 241 enfermos de los cuales 51 han fallecido.
Desde hace 30 años no ocurría en dicho país una epidemia de esta enfermedad.
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Las autoridades de salud pública han orientado la vacunación inmediata de 1,6 millones de habitantes en Luanda pero solo se han vacunado 450 mil personas. Se vacunan con preferencia a niños, mujeres embarazadas y a aquellas personas que nunca habían sido vacunadas de esta enfermedad, pues las dosis escasean.
El primer caso de fiebre amarilla de este brote se detectó el 5 de diciembre pasado en un ciudadano de Eritrea en el municipio de Viana y luego la enfermedad se extendió a otras provincias del país.
El brote se ha agravado debido a las malas condiciones del servicio de alcantarillado y de recogida de basura en Luanda y otras ciudades, por lo que la infestación de mosquitos es alta y estos son los transmisores de la enfermedad.
Se orienta a la población reforzar las medidas de prevención, tapar los recipientes de agua, colocar petróleo quemado en charcos y protegerse contra las picaduras de estos insectos.
La fiebre amarilla es enfermedad viral y provoca fiebre, dolor de cabeza y muscular, pérdida de apetito, náuseas, vómitos y fatiga, que pueden conducir a la muerte.
Imagen de JAVIER DEVILMAN, tomada de Flickr
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