Medios oficiales cubanos han alertado del preocupante estado de la campaña de tomate en el occidente del país y las nefastas consecuencias que ha traído para la empresa de productora de conservas La Conchita.
De las 13 900 toneladas de tomate que se habían contratado antes de la campaña, se espera que se llegue solo a unas 1.500 en todo el período, menos de un 11% de lo estipulado para todo el período. Los datos, no pueden ser más elocuentes: de 1 462 toneladas que debieron recibirse en enero solo llegaron 429, y de las 4 937 previstas para febrero, no se rebasaron las 284.
Lo anterior hace que si para un mes como este, considerado el pico en la elaboración de tomate en la referida empresa pinareña, la fábrica trabajara ininterrumpidamente toda la semana, en este marzo está siendo necesario arrancar la línea de producción solo tres veces por semana, indició a la prensa cubana el jefe de la planta productiva Noel Jesús Benítez.
La cantidad de tomate es tan pequeña, que la línea de pulpado —que por esta época siempre trabaja de manera ininterrumpida—, solo está arrancando tres veces por semana, para poder moler con eficiencia
El panorama, tristemente, difiere mucho del habitual para períodos similares de años anteriores cuando los camiones debían hacer colas para poder entrar y se agolpaban los parles en los patios que, para este marzo es encuentran casi completamente vacíos.
En condiciones normales, no tan sufridas por la climatología como estas, era necesario recurrir a trabajadores de comunidades aledañas para cubrir todos los turnos y desempeñar las muchas tareasd de la producción.
En la actualidad, en cambio, preocupa cómo ocupar a los obreros fijos, varios de los cuales se encuentran 'interruptos', término que se usa en la Isla para referirse a aquellas personas, que manteniendo vinculación con un centro laboral se quedan sin trabajo y perciben un porcentaje del salario, durante un periodo de tiempo acordado.
Las adversas condiciones climatológicas, sin embargo, no han sido las únicas causantes de tan triste panorama en La Conchita, pues las escasas materias primas (pimiento, cebolla, zanahoria, col) han dañado otros surtidos que debían realizarse por estas fechas.
En un intento por salvar el peor año en buen tiempo de la campaña del tomate y en aras de cubrir los destinos más sensibles, el Grupo Empresarial de la Industria Alimentaria, al cual se supedita la fábrica, estudia la posibilidad de importar pulpa de tomate para responder, al menos, a los requerimientos del turismo y comedores de asistencia social.
Los consumidores de la zona también han sentido directa y prontamente las consecuencias del mal año, pues no solo se han afectado las ventas de productos semielaborados sino que la tan socorrida salsa a granel tampoco ha podido venderse.
Para paliar un poco el panorama se buscan soluciones, tanto para dar contenido de trabajo a los empleados de la fábrica como para generar algunos ingresos en líneas de producciones diferentes como pasta de ajo o comino en polvo, que permitan salvar un poco la campaña, aunque ello no suplirá el déficit de tomate porque, además, el pronóstico para los meses venideros de la campaña -que llega hasta el mes de mayo- tampoco deja mucho margen para el optimismo.
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